Año CXXXIV
 Nº 49.055
Rosario,
martes  13 de
marzo de 2001
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Sangriento ataque en Llavallol
No hay prófugos del grupo que mató a un estanciero bonaerense en un asalto
El hacendado había abatido a tiros a los dos ladrones que lo abordaron para apoderarse de su 4 por 4

Buenos Aires.- La ex mujer del estanciero que murió baleado en la localidad bonaerense de Llavallol después de matar a dos ladrones que quisieron robarle la camioneta 4x4 estimó ayer que si su ex marido no hubiera reaccionado al asalto como lo hizo los muertos habrían sido más.
Por otra parte, la fiscalía de Zamora a cargo de Andrés Devoto, que investiga el caso, estableció que el asalto que terminó con las tres muertes "fue realizado al voleo", y que "no hay delincuentes prófugos", como lo sostuvo un amigo del estanciero asesinado.
"Se trató de un robo al voleo, y de nuestra investigación surge que no hay ladrones prófugos y que los delincuentes eran dos". El comisario Gustavo Di Giulio, de la seccional de Llavallol, confirmó que "los delincuentes que cometieron el asalto en la camioneta eran dos y ambos murieron, por lo que no hay prófugos".
Auer a la mañana, Elisa Erasti, ex mujer del estanciero asesinado Roberto Zavaleta, aseguró que "de no haber llevado armas (Zavaleta), podrían haber sido más los muertos, porque los ladrones los habrían matado a los tres".
El sábado a la noche, el estanciero Roberto Zavaleta, de 48 años, murió baleado después de matar a tiros a dos ladrones que lo asaltaron en su camioneta. En el vehículo viajaba Susana Theaux, esposa de Zavaleta, y su amigo Alberto Rachi, quienes salvaron la vida por milagro.
La mujer aseguró que "Roberto les dijo a los ladrones que les daba todo el dinero que tenía, el reloj, todo, todo... y que lo dejaran manejar a él, y que los llevaba a dónde ellos quisieran".
Por último, la mujer, madre de dos hijas, de 17 y 19 años producto del matrimonio con la víctima, contó que Roberto Zavaleta "fue un padre excelente" y que la separación "fue del matrimonio, no de la familia".
El sábado a la noche Zavaleta, propietario de campos de la ciudad bonaerense de Saladillo y de la zona rural de Blaquier, murió baleado después de tirotearse y matar a dos ladrones que lo habían asaltado y lo llevaban como rehén en su camioneta, en Llavallol.
Tras el tiroteo en el que fueron disparados un total de 20 balazos, tanto la mujer del estanciero como un amigo de la víctima del robo sufrieron heridas de distinta consideración al chocar la camioneta en la que se registró el enfrentamiento y salvaron sus vidas en forma milagrosa, dijo una fuente judicial.


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