Pablo R. Procopio
El director de Tránsito de la Municipalidad, Manuel Sciutto, salió ayer a dar explicaciones sobre las picadas en el Paseo Ribereño. Sin embargo, sólo se limitó a ratificar su existencia y justificar la imposibilidad de actuar en consecuencia. Los llamativos argumentos fueron, entre otros: "Es muy difícil detectar a los infractores" o "la ciudad es muy grande". Si bien ayer el ministro de Gobierno de la provincia, Angel Baltuzzi, dijo que el tema de las carreras clandestinas era de injerencia municipal y que "la policía no puede meterse en los temas de tránsito", el propio Sciutto expresó que "se han hecho operativos conjuntos". Para el funcionario municipal, las tareas para disuadir las picadas se hacen, en general, por parte de los agentes de tránsito, pero "es muy difícil -agregó- detectar a los infractores en el mismo momento del suceso, porque si uno va con operativos, la actividad se disuelve cuando uno llega". Los viernes a la madrugada, la zona comprendida por Colombres entre Washington y Maciel se convierte en un improvisado autódromo donde el vértigo y la velocidad son potenciales asesinos de propios y extraños. Allí se realizan alocadas picadas bajo la atenta mirada de un millar de personas. La Capital dio cuenta de ello en su edición del domingo pasado. "Sí. Estamos en conocimiento de esto y estamos haciendo operativos de control e, incluso, en el Paseo Ribereño se ha tenido presencia. Hace tres o cuatro semanas se realizó un trabajo conjunto con personal de la (comisaría) décima", explicó el director de Tránsito.Respecto de la actuación de la dependencia que encabeza, añadió: "También hemos hecho tareas de rutina". Pero no alcanzan. Las carreras no se limitan sólo a la costanera norte. "Estas actividades se van corriendo de acuerdo a los grados de control. Por eso se están haciendo inspecciones rotativas en lugares donde existen denuncias de vecinos acerca de que se realiza este tipo de actividades", dijo Sciutto. En efecto, hay versiones que indican que existen otros sitios que se utilizan como escenarios de picadas como Jorge Newbery entre Circunvalación y el Aeropuerto Internacional Rosario, Eva Perón (ex Córdoba) entre Wilde y el arroyo Ludueña, o ciertos sectores del barrio Fisherton R. Según el jefe de los zorros grises, "cuando el personal llega a los lugares (de las picadas) normalmente los autos están parados y la gente conversando". -Hay muchas denuncias sobre falta de inspectores en las calles durante la noche. La gente dice que no son suficientes. -Mire, los días de mayor actividad nocturna nosotros tenemos una presencia importante. Cuánto se puede llegar a controlar es una eterna discusión. La ciudad tiene una extensión muy grande y nunca va a alcanzar para tener un control exhaustivo sobre todo. -¿Cuántos inspectores hay en las noches de Rosario? -No sabría decirle. Depende mucho del tipo de actividad y la cantidad de adicionales. Estamos hablando de un número de 30.
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