Aarón Castellanos. - El presidente comunal de esta localidad, Eduardo Salleras, anunció que según informaciones que recogió en fuentes del gobierno provincial, estaría próximo a salir un decreto a través del cual se fijaría una nueva y ampliada superficie para la laguna La Picasa, y que esa medida no contempla aún las indemnizaciones para los productores cuyos campos fueron alcanzados por el desborde de ese espejo de agua, y que neutralizaría el efecto político que desde hace tres años acarrea ese tema.
Las localidades de Aarón Castellanos y Diego de Alvear fueron los distritos que resultaron más afectados por los anegamientos, y de confirmarse el anuncio de Salleras "sería una suerte de punto final, porque deberían finalizar las constantes demandas de nuestros productores que perdieron las esperanzas de volver a ver sus campos, ya que en la actualidad las aguas imprimieron un sello lacustre a una llanura donde cuatro años atrás pastaba el ganado y crecían los cultivos".
Salleras fustigó duramente a los gobiernos de la Nación y la provincia por la falta de acción sobre cinco puntos fundamentales para atender el problema hidrológico del sur provincial: "No hay respuestas técnicas, productivas, económicas, ni financieras y mucho menos sociales. Nadie hizo nada", sintetizó el jefe comunal, quien aclaró que la gente del lugar perdió las esperanzas ante la falta de respuestas.
"Hace un año vino el presidente de la Nación y de todo lo que dijo no se hizo nada. Tampoco llegó la ayuda que prometió en ese momento Graciela Fernández Meijide. Están logrando adormecer a la gente, pero a mí no me van a cansar", vaticinó el titular de esta pequeña localidad del sur santafesino, casi lindante con Buenos Aires, y que aún mantiene un 80 por ciento de su jurisdicción anegada.
"Esta situación produjo un cambio cultural en la comunidad, ahora somos pescadores y estamos pensando en ofrecer turismo", explicó e insistió en que además de no tener soluciones físicas, tampoco hay respuestas técnicas para resolver el problema de la improductividad. "Ahora la gente tiene problemas económicos, financieros y sociales", detalló.
"En la zona de La Picasa, más de 40 productores tienen sus campos bajo varios metros de agua, pero la ayuda no llega porque en este país la gente recibe ayuda por ser compañero, correligionario o camarada; pero no creo que exista otro lugar con más necesidad y derecho a ser asistida que nuestra localidad", enfatizó Salleras.
"Ya casi no se habla del tema de La Picasa, y tampoco se reúne la Comisión de Seguimiento porque no tenemos de qué hablar", ironizó en alusión a ese grupo que está conformado por representantes de los gobiernos de Aarón Castellanos, Diego de Alvear, Rufino, e instituciones intermedias como la Sociedad Rural y la Federación Agraria de Rufino y los productores agropecuarios del sur de Santa Fe.
"Entramos en el cuarto año de anegamientos y la situación hidrológica de La Picasa no cambió, es más, creo que lo más grave está por venir", afirmó al tiempo que vaticinó nuevas inundaciones producto de la elevación de las napas freáticas que afecta zonas alejadas de ese lugar. "El fenómeno ya se registró en la primavera pasada cuando, a varios kilómetros de allí, aumentaron los niveles de los cuerpos lagunares y se anegaron campos y caminos", recordó.
"Quiero dejar bien en claro que ahora el problema excede a La Picasa, y ya se trata de la inundación que se viene", aseguró mientras resaltó que "en esta época la gente bajó la guardia porque con las fuertes evaporaciones la laguna bajó los centímetros, que una lluvia de 90 milímetros puede recuperar con facilidad".
Además, dijo que "en el invierno pasado, con una precipitación de 760 milímetros, la laguna creció por efecto del agua que sigue entrando al sur del espejo de agua desde el partido de General Villegas, en la provincia de Buenos Aires, que hoy tiene unas 10 mil hectáreas anegadas por La Picasa".
Obras paralizadas
Al referirse a las obras que estaban realizando para solucionar el problema dijo que el canal que aspira a convertirse en alternativa norte para drenar La Picasa hacia la laguna El Chañar y de allí a la de Mar Chiquita, está abandonado y sugirió que debería haber investigaciones al respecto. "En San Gregorio hay muchos rumores sobre el manejo administrativo y la estrategia técnica que se utilizaron para construirlo", deslizó Salleras además de objetar la traza elegida y el momento para realizarlo.
"El canal debió construirse sobre los escurrimientos naturales, nadie podría haber objetado nada al respecto. Además, debió haberse encarado después de plantear ante la Justicia la cuestión del ingreso de agua a Santa Fe desde las provincias de Córdoba y Buenos Aires", comentó.
Desde julio del año pasado el canal, que tiene unos 100 kilómetros, debió ser taponado por decisión de la Justicia, ante los reclamos de los intendentes bonaerenses. "El que mueve los piolines y arrastra a los demás es Abel Miguel, el intendente de Junín, que no cedió ante ninguna sugerencia para solucionar el tema", relató Salleras.