La policía allanó anoche dos inmuebles que pertenecieron a la Universidad Abierta Interamericana (UAI), y secuestró miles de carpetas y documentos. Se trata de los locales ubicados en Entre Ríos 245, de donde se llevaron entre 4.000 y 4.300 legajos de estudiantes, y el de Ovidio Lagos 944, donde secuestraron unas 15 cajas con carpetas de exámenes.
Si bien los operativos se vieron rodeados por el hermetismo, se supo que la orden se enmarca en las acciones judiciales tendientes a obtener la documentación relativa al alumnado del establecimiento, reiteradas veces exigida al anterior concesionario, Julio De Hoop, quien las tenía en su poder.
Recientemente, desde Tribunales se había advertido que se intimaría a que entregara los libros de actas de exámenes y otra documentación, tal cual lo consignó La Capital en su edición del 1º de este mes.
La orden fue impartida por el juez de instrucción Juan José Pazos, quien tramita dos causas contrapuestas: una iniciada por De Hoop y otra por las autoridades nacionales de la universidad.
El allanamiento estuvo a cargo de la Brigada de Investigaciones, que al cierre de esta edición continuaba con el secuestro y clasificación de los papeles.
De Hoop había sido denunciado justamente por retención indebida de documentos luego de que el ex concesionario no entregara numerosos libros y documentación de propiedad del establecimiento.
Dilatado conflicto
El conflicto en la UAI hizo eclosión a principios de febrero, cuando se ventiló una fuerte controversia -que se arrastraba desde octubre- entre las autoridades nacionales y el concesionario local, que presentó una denuncia por incumplimiento contractual al abrirse una sucursal en Santa Fe. La controversia desnudó irregularidades en el propio contrato, el que, según el Ministerio de Educación de la Nación, no tenía validez por tratarse de una concesión.
A partir de esto, el consejo superior de la UAI cambió a De Hoop y designó en su lugar al decano de la facultad de Abogacía, Carlos María Cloppet, al frente del establecimiento. Inmediatamente, las autoridades determinaron que los exámenes se tomarían en los colegios Sagrado Corazón (Mendoza 1951) y Padre Claret (Viamonte 1561) y advirtieron que no se considerarían válidos los que se tomaran en otra parte. Para ese momento, De Hoop seguía ocupando el edificio de Pellegrini al 1600 y las nuevas autoridades designadas hicieron lo propio en uno de Pellegrini al 1800, a la vez que advertían que esa "y no otra" era la sede de la entidad.
Luego, el Ministerio cuestionó los exámenes que se estaban tomando, a los que declaró nulos hasta tanto se recuperara la totalidad de los libros de actas y se verificara la exactitud de los datos que contenían, así como su correspondencia con los aportes informáticos de la universidad.
El juez Pasos intimó a las anteriores autoridades a que entregaran los libros, algo que en principio no se cumplió, lo que motivó los allanamientos. Según trascendió, el mismo De Hoop se hizo presente en el lugar donde intervino la policía y admitió que esa documentación estaba en su poder.
El conflicto mantiene en vilo a los 4 mil estudiantes, los 300 docentes y los 60 no docentes que tiene la UAI, donde se dictan 18 carreras.