Venado Tuerto. - La Subsecretaría de Medio Ambiente de la provincia está estudiando la elaboración de un proyecto de ley para obligar a los operadores de residuos patológicos a que separen en origen los elementos plásticos de los componentes orgánicos. La normativa permitiría reducir el volumen de los residuos, pero principalmente mitigaría el problema de las emanaciones tóxicas que surgen al quemar objetos como jeringas y envases.
En los próximos días esa repartición provincial elevará un proyecto al gobernador Carlos Reutemann para que cuando se reglamente la ley 11.717 se establezca la separación en origen a los residuos orgánicos de los inorgánicos. "Con esto los operadores de residuos patogénicos van a recibirlos en forma separada desde su lugar de origen", señaló el titular de esa cartera provincial, Lorenzo Domínguez, aunque dejó entrever que el volumen de los residuos plásticos aumentará al no ser incinerado".
"Con una ley así -agregó- desaparecería el problema de generación de dioxinas y furanos, ya que esa complicación surge cuando se queman los plásticos (jeringas, envases, gasas) que desprenden esos gases".
Domínguez hizo el anuncio este proyecto en el marco de una visita a Venado Tuerto, donde rubricó un convenio entre el municipio, vecinos del barrio Alejandro Gutiérrez y la Cooperativa de Obras Sanitarias (COS), con el objeto de trasladar el horno que esta institución tiene en ese sector de la ciudad, y que viene siendo objetado por la gente. Domínguez se refirió al tema incineración en momentos en que también está siendo cuestionado un horno pirolítico en Santo Tomé y vecinos de Ibarlucea se oponen a un crematorio porque sospechan que "no sólo se incinerarán cadáveres".
Conflicto con final feliz
Asimismo, el funcionario destacó el convenio firmado en Venado Tuerto, por el cual se trasladará el horno de la COS, en lo inmediato, a unos dos mil metros de donde se encuentra actualmente, y antes de fin de año, fuera del ejido urbano. "Es la primera vez que en Santa Fe se firma un convenio de este tipo con la participación de todos los actores sociales que de alguna manera están vinculados a la actividad del horno pirolítico", resaltó Domínguez, acostumbrado a mediar entre empresarios y vecinos que pelean, y muy satisfecho por haber resuelto un conflicto por la vía del consenso.
El horno pirolítico que la COS posee en el corazón del barrio venadense había generado más de una queja por parte de los vecinos ya que aducían que las emanaciones eran sumamente tóxicas para la población y que incluso generaban molestias por los olores que desprendía.
Tras el compromiso asumido por la COS, en menos de un año se deberá trasladar completamente el horno a las adyacencias de la ciudad e incluso serán los propios vecinos quienes controlarán el correcto funcionamiento del mismo. De no ser así, podrán notificar a la provincia para que tome cartas en el asunto en caso de que no se respeten las estrictas normas de seguridad ambiental.
En cambio, será la entidad provincial la que también va a desarrollar tareas de control sobre el funcionamiento del horno para garantizar el correcto desenvolvimiento y su influencia sobre el medio ambiente.
Predio arbolado
Por tal motivo, la COS destinó un predio correctamente arbolado, a unos dos mil metros de Venado Tuerto, para evitar que el venteo arrastre el humo hacia la zona urbana. En tanto, también se prevé la construcción de un horno sustituto en el mismo lugar para casos de emergencia.
Algo similar sucede con la empresa Sanitek en Santa Tomé, que también realiza tareas de incineración de residuos patogénicos, aunque en este caso no sólo se limita a la percepción de los vecinos (como en Venado Tuerto) sino que estudios realizados por el Centro Regional de Investigación y Desarrollo (Ceride) sobre las cenizas arrojadas por el horno, que determinaron la existencia de sustancias altamente contaminantes como dioxinas y furanos, que a largo plazo resultan cancerígenas.
"Ese horno trabaja a un muy buen régimen -dijo Domínguez- aunque luego de los estudios realizados sobre las cenizas se encontró que había dioxinas y furanos. Era de esperar que se encontraran, pero lo que hay que hacer es circunscribir el destino de esas cenizas mediante un relleno de seguridad industrial o sanitario".
"Hay que darle un destino a esas cenizas sin necesidad de clausurar un horno que está funcionando en un buen régimen en Santo Tome", remarcó el funcionario y señaló que "a diferencia del de Venado Tuerto, ese horno se encuentra fuera del ejido urbano".