Científicos de Estados Unidos e Italia dijeron ayer que planean crear en un año el primer clon humano, pese a las oposición de la Iglesia Católica y de numerosos científicos. El estadounidense Panayiotis Zavos y el italiano Severino Antinori, conocido por ayudar a una mujer de 62 años a ser madre, dijo que querían clonar bebés para ayudar a las parejas estériles. "Se puede considerar la clonación como la última frontera para superar la esterilidad masculina y proporcionar a hombres estériles la posibilidad de pasar su herencia genética", dijo Antinori ante un auditorio plagado de científicos y periodistas en el marco de una conferencia sobre clonación humana que comenzó ayer en Roma. "Algunas personas dicen que vamos a clonar al mundo, pero no es cierto. Pido a toda la comunidad científica que sea prudente y conserve la calma", dijo. "Estamos hablando de ciencia, no estamos aquí para sembrar confusión". Antinori y Zavos, un científico de Kentucky, Estados Unidos, que dirige compañías que trabajan en genética y clonación, indicó que diez parejas estériles se han presentado voluntarias para participar en el experimento que clonará bebés. El plan ha sido muy criticado por los científicos y grupos religiosos. El Vaticano ha descrito estos proyectos de "grotescos". El obispo Elio Sgreccia, jefe del Instituto de Bioétic a Juan Pablo II del hospital Gemelli en Roma, dijo que la clonación humana planteaba problemas éticos muy graves. "Aquellos que construyeron la bomba atómica siguieron adelante pese a conocer su terrible poder de destrucción", dijo antes de que se iniciará la conferencia sobre clonación. "Pero eso no significa que fuera la mejor decisión para la humanidad. Las previsiones (sobre clonación humana) nos entristecen, aunque no nos asustan", dijo y añadió que sería una traición si la voz de la Iglesia Católica no se deja oír en este debate. El año pasado, Gran Bretaña propuso permitir la clonación de células humanas con fines científicos, mientras otros países europeos, entre ellos España y Francia, han prohibido cualquier forma de clonación humana. Zavos dijo en enero que él y Antinori usarían células normales o células madre no diferenciadas de varones y las insertarían en un óvulo de mujer sin materia genética. Se estimularía la división de la célula para crear un embrión equipado con todas las células específicas que formarán la copia de un hombre, y después se implantaría en el útero de una mujer, explicó. "No es algo fácil", dijo entonces a los científicos. "Lo importante es la estabilidad de la información genética. Pretendemos clonar a un ser humano, no a la oveja Dolly. No queremos crear un monstruo", añadió. Algunos expertos afirman que los niños nacidos de una clonación corren el riesgo de ser "enormes", con un peso de siete a ocho kilos. Esto es lo que comentó -entre otros expertos- Ian Wilmut, el investigador que clonó a la oveja Dolly. Los expertos reunidos en Roma aseguraron, no obstante, que estas dificultades serán superadas y que su ambición no es crear "el ser humano perfecto". La conferencia que comenzó en Roma reúne a investigadores de todo el mundo interesados en la clonación humana, tanto en el campo de la fertilidad como en el de los experimentos animales.
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