| | cartas Ataque feroz
| El 26 de febrero me vi atacado en pleno centro por un can de los llamados vagabundos que tanto abundan en nuestra ciudad. De pelo color arena, gran alzada y porte de unos 50 o 60 kilos, en Córdoba 1800 frente al Colegio de Escribanos, a las 11, con una gran asistencia de peatones que vieron este episodio. La mordida fue de forma inesperada y efectiva. Pude escapar a una segunda, gracias a mis reflejos. Debido a los compromisos seguí mi marcha, pero al llegar a mi oficina vi la magnitud de la herida que sangraba y el hematoma producido en el omóplato derecho debajo de la axila, con la camisa atravesada por los colmillos. Todos tenemos buenos sentimientos hacia estos animales, pero ver esto y padecerlo me puso en alerta. Al llegar a mi departamento le comuniqué a mi señora lo sucedido y llamó a la institución de lucha antirrábica (ex perrera) y un ayudante del veterinario me tomó los datos. Me dijo que se ocuparían al respecto, pues los inspectores trabajan de mañana. A todo esto me apliqué una inyección antitetánica por consejo médico. La rabia está erradicada, pero lo ideal sería realizar un tratamiento antirrábico. Pido a los profesionales de ésta área se ocupen de estos animales sueltos. Emilio López Espinosa
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