Tanto en las universidades públicas como privadas de la Argentina, los estudiantes deberán dar un examen final antes de recibirse. El Ministerio de Educación de la Nación prevé que en un mismo día y a la misma hora los 40 mil graduados que anualmente egresan en el país se preparen para rendir una prueba anónima en la que no se tendrá en cuenta el resultado.
Es que el objetivo no será el de poner en juego la entrega o no del título al graduado, ni su habilitación profesional, sino conocer cuál es la calidad de los estudios superiores. Pero lo más llamativo de la iniciativa con la que se despachó anteayer el titular de la cartera, Hugo Juri, es la sanción que lleva implícita: las carreras que no alcancen durante tres años consecutivos el estándar mínimo de calidad, no se podrán seguir dictando.
El anuncio, realizado anteayer por Juri ante el Consejo Nacional de Franja Morada reunido en San Luis, sorprendió a los funcionarios de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). "Nos enteramos del proyecto por los medios. Esta universidad no se opone a ningún tipo de evaluación, pero hay que estudiar el tema porque si se trata se cerrar carreras se estaría avanzando sobre la autonomía universitaria", señaló a La Capital el secretario académico de la UNR, Alberto Petracca.
La propuesta comenzaría a aplicarse este año. Se importó de Brasil, donde desde el 96 y bajo el nombre de Examen Nacional de Cursos (más conocido como "provão"), se realiza un examen que define un ránking de universidades. Es decir, a partir desde ese momento muchas instituciones de educación superior brasileñas se plantearon nuevas estrategias de competencia académica, como modificar sus cursos y contratar profesores más capacitados.
La evaluación
Según Juri, el programa de evaluación "saldrá por ley o por decreto" porque, según añadió, "es intención del presidente Fernando De la Rúa evaluar la calidad de los estudios en todos los niveles".
Ese objetivo se pretende alcanzar a través de la toma sistemática de un examen final universitario que pondrá bajo la lupa a las carreras.
La Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación (Coneau) será la encargada de no renovar la acreditación a la disciplina que no alcance el nivel mínimo de calidad. Lo que implica que los títulos de la carrera reprobada no tendrán validez.
Este examen, que sólo en la UNR involucrará a unos 3 mil alumnos, se dividirá en dos partes. En una se evaluarán conocimientos y en la otra se tomará muy en cuenta la opinión de los estudiantes sobre los recursos que le brindó la institución y la calidad de sus docentes.
En esta segunda instancia se indagará cómo es la biblioteca con la que cuenta el alumno, cuántas consultas realizó y cuántos libros leyó, cuántos días de clase tuvo durante el ciclo lectivo, cómo fue la asistencia de los docentes a las clases y qué acceso tiene a Internet, entre otros.
En Brasil, el examen estuvo el año pasado a cargo de una consultora. En Argentina, en cambio, fue el propio Juri quien adelantó que profesores elegidos por la Coneau podrían ser los arquitectos de la prueba.
Frente a esta posibilidad, Petracca dijo que confía en la Coneau como organismo evaluador, pero subrayó que "hay que sentarse a pensar en los instrumentos de evaluación. Toda evaluación debe servir para mejorar una institución, pero creemos que no se debe prestar atención sólo a lo cognoscitivo, sino -por ejemplo- a la capacidad de autoformación de los alumnos".
El directivo de la UNR dijo no tener en claro además si este examen se aplicará a todas las carreras o sólo a las que han sido consideradas de interés público. "Porque de tenerse en cuenta este último criterio, en nuestra universidad sólo contamos con una carrera en esta condición: la de medicina, que justamente será evaluada por la Coneau durante este año. Hay que estudiar bien el tema", insistió.