Año CXXXIV
 Nº 49.052
Rosario,
sábado  10 de
marzo de 2001
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Hacía una huelga de hambre para defender su inocencia
Trasladaron a Coronda a un preso que debía ser internado
Según un médico policial, necesitaba atención porque está deshidratado y se exponía a un shock hepático

Jorge Salum

Un recluso en huelga de hambre, que debía ser internado por indicación de un médico policial a raíz de su precario estado de salud, fue sorpresivamente trasladado ayer a la cárcel de Coronda sin que ninguna autoridad, ni judicial ni del Servicio Penitenciario (SP), ordenara la medida. Sus familiares denunciaron públicamente la situación y expresaron temores respecto a la vida del detenido.
El recluso es Antonio Cantero, de 33 años, quien hace 15 días inició una huelga de hambre para exigir que la Justicia resuelva su caso. Cantero está bajo arresto desde el 15 de julio de 1999 y lo acusan de participar en un asalto a una sucursal de la EPE, en Alberdi y Génova, ese mismo día. De ese lugar, tres ladrones fuertemente armados se llevaron 60.000 pesos.
Cantero fue detenido una hora y cuarto después del atraco en una distribuidora de gaseosas de Córdoba y Guatemala, de la que era empleado. El siempre afirmó que en el momento del golpe estaba trabajando y ofreció varios testigos, pero la Justicia jamás los citó y él sostiene que sólo por eso nunca pudo demostrar su inocencia.
Alojado en la alcaidía de Unidades Especiales de la policía local, hace dos semanas que Cantero no prueba bocado. Por eso su salud se deterioró y el jueves un médico elaboró un informe sobre su estado. Allí se afirma que está deshidratado y que podría entrar en un shock hepático. Por esa misma razón, el médico recomendó que lo internaran inmediatamente.
El mismo día, la esposa fue a visitarlo y lo vio mal. "Casi no podía estar parado y le costaba hablar. Me recibió un ratito y después se fue a acostar", contó ayer Mercedes Ojeda a La Capital. La mujer se fue preocupada, y su inquietud se multiplicó cuando conoció el contenido del informe elaborado por un médico policial.
Frente a este panorama, Ojeda y otros familiares recurrieron a la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC). Y fue a través de esta organización que se enteraron sobre su traslado a Coronda. Lilian Echegoy, de CTC, reveló a este diario que la mañana de ayer habló varias veces con las autoridades de la alcaidía, y que en todo momento le informaban que ya estaban a punto de internarlo. "Sin embargo, en el último llamado, me dijeron que lo habían trasladado", contó.
Echegoy intentó saber entonces quién había ordenado el traslado. Así se enteró que ni el juez Julio Kesuani -quien tiene a su cargo el juicio contra Cantero y otros dos acusados por el atraco- ni el Servicio Penitenciario habían ordenado el traslado a Coronda. "Hablé con el juez y con el director del SP y ambos ignoraban que lo hubieran llevado", dijo Echegoy.
-¿Y entonces quién ordenó el traslado?
-Si no fueron ni el juez ni el SP, entonces fue la policía.
Sin embargo, tampoco en la policía se hicieron cargo ya que algunos funcionarios consultados por la propia Echegoy dijeron que no habían firmado la orden.
Para los familiares de Cantero, esta no es más que una maniobra para desligarse de la responsabilidad por la suerte del detenido. "Si le pasa algo, o si se muere, nadie va a tener la culpa porque todos se lavan las manos", se quejaron ayer luego de peregrinar por distintos despachos judiciales y policiales.



Julio Kesuani, juez a cargo, no dispuso el traslado.
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