| | Editorial Hacia nuevos mercados
| Esta claro que si el mercado interno no resulta suficiente para alcanzar un desarrollo sostenido resulta imprescindible buscar nuevos horizontes en el exterior. Y está claro también que si los productos tradicionales de exportación argentinos encuentran resistencia en su colocación, es necesario aguzar el ingenio con el fin de salir adelante, explorando nuevas posibilidades y metas. En tal sentido cabe saludar con franco alborozo tres valiosos logros rosarinos de colocación de productos no tradicionales en el extranjero. El primero de ellos se conoció a mediados de febrero, cuando Imca SRL anunció que en menos de tres meses exportará sus primeros cuatro chasis carrozados nada menos que con destino a compañías de Houston, Texas. Se trata de una prueba piloto que, de funcionar correctamente, posibilitará colocar en esa ciudad estadounidense unas 20 unidades anuales, que para la empresa local significarán un incremento del 15 por ciento de su producción total. El segundo intento acaba de ser dado a conocer y tiene que ver con la remisión a Irán de unas cien toneladas de lombrices criadas en la zona de Rosario. El emprendimiento, singular por cierto, visto el producto de que se trata, ha sido encarado por Worms Argentina, grupo que, a partir de la experiencia recogida en Estados Unidos, hace cinco años que incursiona en la materia. Ahora ha firmado un convenio para la creación de una empresa mixta argentino-iraní que, con operaciones desde Rosario, proveerá de lombrices de la variedad californiana. Estas poseen una alta capacidad de generar humus, que servirá para fertilizar la tierra de tambos cercanos a Teherán. Finalmente, el tercero corresponde a José Iturrospe Saic, que acaba de embarcar tres prensas hidráulicas de 400 toneladas diseñadas y fabricadas en su planta. Su destino es una manufacturadora de motores de refrigeración también de Houston, Texas. No caben dudas de que los casos comentados constituyen importantes pasos adelante en favor de cimentar un desarrollo económico eficiente al margen del logrado con los tradicionales productos de exportación argentinos. Como sucede siempre con los pioneros en cualquier orden de la vida, a estos empeñosos empresarios locales el futuro no les resultará un lecho de rosas. Muchos inconvenientes serán los que todavía tendrán que enfrentar, pero también grande será la recompensa que la experiencia les acarreará una vez que alcancen las promisorias metas que se fijaron. Debe tomarse buena nota de la singular apuesta de estos empeñosos hombres de negocios que, junto con capital, ideas y esfuerzos, atesoran una importante cuota de audacia. Esa sin cuyo concurso es imposible dar forma a un nuevo futuro de progreso sostenido.
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