Año CXXXIV
 Nº 49.049
Rosario,
miércoles  07 de
marzo de 2001
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Mejores años
¿Qué nos sucede, vida?

María Laura Favarel

Trastornos de la memoria, desorientación témporo-espacial... En suma, cuadro de demencia global de tipo senil", afirma el apresurado diagnóstico de Juana, de 85 años, quien ha sido hospitalizada. Luego de unos días de asistencia psicológica mejoró su palabra y los trastornos de la memoria se diluyeron casi por completo. Días más tarde recuperó todo su vigor intelectual. Entonces contó que vivía con su hermana y que debía separarse forsozamente de ella y trasladarse a un geriátrico.
Este es uno de los tantos casos donde se da un diagnóstico equivocado. Lo que le pasaba a Juana fue una reacción ante la crisis inminente por la separación de su hermana con quien había compartido tantos años. Generalmente ante situaciones difíciles como una mudanza, un duelo o una separación se producen trastornos en el comportamiento. Esto es reversible si la actitud terapéutica es la adecuada.
El proyecto denominado "Dispositivo de anticipación para adultos mayores en situaciones de crisis ante pérdidas previsibles", dirigido por el psicólogo Daniel Winger, brinda atención psicológica previa a adultos mayores con el fin de afrontar situaciones de crisis y precrisis.
Si se hubiera utilizado este abordaje en el caso de Juana, seguramente ella hubiera podido realizar un tratamiento mediante el cual se habría intentado desentrañar la causa del duelo, evitando de este modo la internación, así como el suministro de fármacos que no hacen más que meter al paciente en una burbuja, para sacarlo luego artificialmente, logrando un adormecimiento de la causa, sin solucionar el problema de fondo.

Plenitud
Mientras la ciencia avanza brindando un nuevo tiempo por vivir, cuantitativamente más extenso, el desafío que se presenta para el adulto mayor es cómo llenar de sentido esa prolongación.
Para esto habrá que cambiar algunos paradigmas y reconocer que en la vida no todo se puede medir en términos de éxito y fracaso, como en ocasiones se pretende imponer. Existen valores más preciados como sostener lazos afectivos, la necesidad de ser reconocido y estimado como persona, y la capacidad de crear proyectos, de soñar y realizarlos.
El proyecto que dirige Winger intenta propiciar que cada uno ponga en juego los recursos que dispone para resignificar su vida en la propia realidad donde vive, anticipándose a las crisis que puedan sucederse.

¿Quién debe consultar?
Winger recomienda realizar la consulta psicológica antes que la médica, porque tal vez el problema se resuelva en esta instancia.
Algunos síntomas permitirán reconocer la necesidad de consultar a un psicólogo para prevenir enfermedades. La tristeza, el desinterés, el sentirse ajeno ante los demás que antes resultaban familiares, perder las motivaciones que impulsaban a realizar acciones, son algunos de los síntomas que pueden alertar sobre un posible síndrome depresivo.
Muchas veces quien lo padece no los reconoce, pero sí quienes forman su entorno familiar, los amigos o los compañeros de trabajo.
Por esto, explica Winger, "en muchos casos son personas del entorno quienes acuden a la consulta antes que el interesado".

Tres momentos
El dispositivo cuenta con tres momentos. El primero es una charla informativa gratuita, que se dicta a todos los interesados, sobre la problemática del adulto mayor en nuestro tiempo. Los síndromes depresivos, cómo aparecen, cómo pueden superarse y en qué consisten. "En esta fase no se realiza ningún diagnóstico", comenta Winger.
La segunda fase, también gratuita, es la entrevista personal del interesado con el profesional, donde se realiza una aproximación diagnóstica de la situación. A partir de allí se evaluará la inclusión en sesiones de trabajo en pequeños grupos, por un tiempo estimado, entre 3 y 4 meses de duración. El grupo tiene como beneficio facilitar el restablecimiento de los lazos sociales que puedan estar perturbados, por sensación de aislamiento, abandono, etcétera.
El Departamento de Atención al Adulto Mayor (Daam) prevé cuatro destinos principales luego del tratamiento: el primero es la resolución del problema; el segundo, la contención y elaboración de la crisis y su posterior derivación a otras modalidades terapéuticas; el tercero, la demora del choque conflictivo en busca de un reposicionamiento de la persona frente a sus dificultades, y por último, la reinserción en el ámbito familiar.
En definitiva, agrega Winger, "el equipo intentará intervenir en el ámbito comunitario, captando estas nuevas demandas sociales a fin de prevenir la irrupción de los síndromes depresivos".
Este proyecto cuenta con el aval de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario y la Fundación Universidad Nacional de Rosario. Comenzará a funcionar en el centro médico Previnca, Departamento de Atención al Adulto Mayor, ubicado en Gaboto 1161. Para mayor información comunicarse con el teléfono 4210099.



El desafío es cómo encarar la prolongación de la vida.
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