Cuando comenzó la Liga Argentina de Clubes, la prioridad de Rosario Central -recién salido del TNA-, era no descender. Reunieron el plantel con esfuerzo, gracias al compromiso de algunos históricos de la institución, el jugador más alto del Normal 3, tres refuerzos sin demasiado renombre a nivel nacional,y jugadores de las inferiores del club. Allí comenzó la odisea de balancear los problemas económicos (solventar viajes y sueldos) con el rendimiento del equipo que los medios nacionales denominaron la "revelación" del torneo. Central se acomodó rápidamente en la primera mitad de la tabla, venciendo a rivales de trayectoria como River, Náutico Hacoaj y Scholem, y ganándose el respeto de todos los contrincantes. En el mes de enero alcanzó el primer puesto, ante los ojos asombrados de Olympikus-Azul y Club de Amigos. En ese momento, la prioridad del equipo cambió. Apostando fuerte a su juego colectivo, y lejos de los fantasmas del descenso, Central se llenó de confianza y se propuso llegar tan alto como pudiera. De este modo, terminó el último fin de semana la primera fase de la liga en el quinto puesto con 16 triunfos sobre 26 partidos, a un paso de tomar el atajo del Super 4 a los cuartos de final, pero con las mejores posibilidades de arribar, por un camino un poco más largo, a los play off. El equipo que dirige la dupla técnica conformada por Diego Sebben y José Luis Pecce arrancará el viernes a las 21,30 de local en el estadio del Cruce Alberdi una serie al mejor de cinco partidos con Regatas de Resistencia (12º clasificado en la fase regular). El que gana ya está entre los mejores 8, el que pierde queda eliminado de la plana mayor y pasa a jugar los play out por conservar su plaza el la Liga Argentina. La campaña de Regatas de Resistencia en la primera etapa lo presenta al alcance de Central. Si bien en una liga tan pareja como la que se planteó en esta edición, todos son adversarios a respetar. Los chaqueños, bajo la conducción técnica de Jorge Fenoglio, obtuvieron apenas 6 resultados favorables en lo que va de la competencia, y perdieron en las dos oportunidades en que se enfrentaron con los auriazules. Pasando en limpio los primeros cuatro meses de competencia el técnico canalla Diego Sebben sostiene que "el balance es más que meritorio. Muchos nos reprochan que no entramos en el Super 4. Sin embargo, estar detrás de los 4 mejores equipos (y los mejores presupuestos), y en el medio de un montón de nombres que tienen mucha historia nos pone muy orgullosos. Ahora hay que barajar y dar de nuevo. Podemos estar jugando por los play out, como por la final". Pero está claro que, si bien sufrió unas cuantas caídas en los últimos enfrentamientos, en las estadísticas Central está más para los cuartos de final que de mitad de tabla para abajo. Así lo demostró en la cancha, de la mano del ataque contundente de Jerónimo Nicola y el brasileño Carlos Eggert, los primeros tiempos de Pablo Pepe Peralta, el bloqueo de Juan Iñiguez y Pablo Hebenstreit (actualmente lesionado), el potente saque de Jean De Souza y la actitud defensiva del ex selección nacional Leonardo Schwank. Todos los jugadores canallas inspirados por el talento de su capitán, Federico Sorrentino, en la distribución del juego. Sin embargo, según la mirada de su técnico, ningún jugador brilla más que los otros. "Más allá de los desempeños individuales, nuestra ventaja es lo grupal. Intentamos desarrollar un juego colectivo. No tenemos un jugador base que es la estrella en todos los partidos como el brasileño Rodrigo Juliani en Olympikus. Acá, un partido se destaca un central, otro se destaca el opuesto, se destaca un punta... Lo que nosotros buscamos es un equilibrio. Creo que ese ha sido el secreto de este equipo que no tiene grandes figuras, ni tanta cantidad de jugadores. En base a esto y al enorme sacrificio de todos, estamos en el quinto lugar. Por todos lados tenemos cosas que corregir, pero la senda es hacia arriba", apunta el entrenador canalla. Producción periodística: Jorgelina Juárez
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