Empleados del Policlínico Pami II denunciaron ayer que la propia delegada de ATE Pami, Claudia Indiviglia, sería una de las autoras de un listado con 263 posibles despidos que circula desde hace días por los pasillos de los Policlínicos I y II. "Acá todo el mundo dice que fuiste vos", le imputó uno de los asistentes a una asamblea que se realizó ayer en el centro de salud de zona norte para abordar el tema. La gremialista se defendió: "Esto es una chicana y una bastardía (sic) de alguien. El que dice eso debe ser algún traidor".
Lo cierto es que los ánimos de los empleados del Pami están por estas horas en ebullición y la temperatura parece subir cada vez más con el correr de las horas. Mientras tanto, el listado sigue circulando por los pasillos.
La Capital accedió ayer a la nómina de empleados del Pami que habría sido arrojada la noche del miércoles debajo de la puerta del domicilio de Luis Godoy, un chofer que trabaja en Policlínico Pami II y que llegó con la lista negra a su lugar de trabajo al día siguiente.
El escrito tiene cuatro hojas y esta precedido por una carátula en la que se lee textualmente: "Este listado fue confeccionado para echar al personal en la casa de Claudia Indiviglia con la Dra. Ravarotto y gente de UTI y UPCN. Sepa darle buen uso". Las hojas que siguen son una lista de 263 empleados, la mayoría acompañado por su número de legajo y el monto de dinero que cobra todos los meses.
El sueldo más bajo que se destaca allí es de unos 853 pesos. Pero la mayoría oscila entre los 1.000 y los 3.000 pesos mensuales.
"Nos quieren dividir y me atacan"
"Nos quieren dividir y me atacan", se defendió ayer Indiviglia en el marco de una asamblea a la que asistieron cerca de 30 empleados del Pami II y que se fue raleando con el correr de las horas.
En medio de acusaciones cruzadas y miradas de recelo, y sumergidos en un clima que denotaba una tangible división entre los gremialistas y un grupo de empleados del Policlínico, Indiviglia rechazó la imputación que se lee al frente del polémico listado y que ayer le recordaron algunos de los asistentes a la asamblea.
"Esto fue una chicana de alguien. Ahora resulta que aparentemente nadie lo hizo y, mientras tanto, los de Buenos Aires siguen adelante con sus intenciones de cerrar policlínicos", señaló.
Por su parte, Rosa Casa, una de las empleadas que integra el listado de posible despidos, fue directa: "Lo que pasa es que haciendo esto, ustedes quieren que nos peleemos entre nosotros", le dijo a la gremialista al tiempo que sugirió que todos los que figuran en la lista interpongan un recurso de amparo en los Tribunales Federales.
"Son unos caraduras", lanzó por lo bajo un empleado que abandonó la asamblea cuando Indiviglia volvió a tomar la palabra. Un corto tiempo después, fueron varios los que decidieron imitarlo y se retiraron de la sala donde se realizó la reunión.
Para la gremialista, en tanto, todo forma parte de "una campaña de desprestigio. En cada conflicto que hubo siempre estuvimos al frente de los reclamos y ahora aparece esto", indicó en referencia al listado.
Lo cierto es que las voluntades de un grupo de empleados y los gremialistas del Pami no parecen correr, por estas horas, en la misma dirección. Es más, lo que abundan son los recelos y la desconfianza.