Castelo de Paiva, Portugal. - Fuertes vientos y la correntada del río Duero entorpecieron ayer las labores de rescate de las 70 personas que habrían muerto al desplomarse un puente al norte de Portugal el domingo por la noche cuando dos autos y un colectivo lo transitaban. Sólo tres cuerpos fueron rescatados hasta anoche del escenario del peor accidente de tráfico de Europa en la última década. Este accidente motivó la renuncia "indeclinable" del ministro de Obras Públicas, Jorge Coelho, el número dos del socialismo en el gobierno portugués.
Poco antes de presentar su renuncia, que fue aceptada por el primer ministro Antonio Guterres, Coelho expresó que se pensaba que unas 70 personas viajaban a bordo de los tres vehículos que cayeron a las torrentosas aguas del río al derrumbarse un tramo de 80 metros del puente. Coelho estaba a cargo de la cartera responsable del transporte por carreteras y ferrocarriles.
Coelho, asumió "toda la responsabilidad" por el derrumbe del viejo puente. "La culpa no puede morir soltera" y como titular del cargo responsable del mantenimiento de carreteras y puentes y ante la magnitud de la tragedia, "renuncio por el concepto que yo tengo de la política", expresó Coelho, número dos de Guterres en la estructura del Partido Socialista. Coelho afirmó que "accidentes tan graves como éste tienen que tener consecuencias políticas, que en este caso, yo las asumo".
El alcalde del poblado Castelo de Paiva, Paulo Teixeira, expresó por su parte que unas 77 personas habían muerto. El autobús, que transportaba 67 pasajeros, había estado en una excursión en la región de Entre os Montes y regresaba a Castelo de Paiva. No se conocía cuántas personas iban en los otros dos vehículos, pero algunos residentes dijeron que podrían ser hasta nueve. Los vehículos se precipitaron desde unos 20 metros de altura al río cuando el puente, de 116 años de antigüedad, cedió.
El accidente ocurrió justamente a la salida del pueblo, 30 kilómetros al este de Oporto, la segunda ciudad de Portugal. Según informes de la prensa local, el puente se desplomó después que uno de sus pilares cedió a la presión de las aguas del río, crecido después de prolongadas lluvias.
"Se esfumaron de pronto"
Un testigo expresó a la cadena SIC que estaba a punto de entrar en el puente cuando observó que el autobús y los dos automóviles desaparecieron de la vista. "Se esfumaron de pronto. No podía creerlo", dijo Eduardo Moreira, testigo de la tragedia. Moreira salió de su vehículo y corrió hasta el punto en que el puente se había desplomado, pero el autobús ya había sido arrastrado por las corrientes del río.
El alcalde Teixeira afirmó que él había advertido repetidamente que el viejo puente estaba en condiciones muy precarias, pero el gobierno central no había asignado los fondos necesarios para su reparación. "Advertí hace mucho tiempo del estado del puente y he luchado todo lo que he podido para reemplazarlo. Este es un momento de luto", dijo Teixeira a la agencia noticiosa portuguesa Lusa.