La mirada crítica con la que juzga a una dirigencia deportiva argentina que considera "mediocre" no le impide a Mario Goijman, presidente de la Federación Argentina de Vóleibol, asegurar que, aunque lucha contra "una máquina de impedir" y lo tildan de "loco" si le pide cinco pesos al gobierno, el Mundial Argentina 2002 "será el mejor de la historia". "En Argentina todo es más difícil. Si le pido cinco pesos al gobierno me tildan de loco y encima hay que hacerse cargo de toda la infraestructura", comenzó diciendo Goijman. "Y encima desde afuera (por la Federación Internacional) todo son sospechas -agregó-, porque piensan que las cosas no van a andar bien porque somos sudacas. Y debo admitir que buena parte de esas sospechas están justificadas", apreció el dirigente. El máximo directivo que conduce al vóleibol argentino adelantó: "Dentro de un año voy a estar orgulloso de haber hecho el mejor mundial de la historia, pese a que para realizarlo debo enfrentar a una dirigencia local llena de miembros del club del no te metás y de la máquina de impedir". "En Argentina se empieza dos escalones más abajo que en cualquier otro lado. Para hacer el Mundial tenemos que construir estadios para no hacer un papelón. Y no es fácil porque para cumplir con los plazos hay que vencer las inercias de algunos funcionarios y dirigentes", siguió disparando. El ojo crítico de Goijman reconoce dos clases de funcionarios públicos: "Están los políticos, que te dicen ya está cuando no está nada, y los otros, que tienen que implementar las cosas y hacen todo con una enorme lentitud". El presidente de la FAV afirmó que el afán por realizar el Mundial en la Argentina se debe a que quiere que "miles de jóvenes se acerquen al deporte", ya que, en el aspecto económico, "la FIVB se lleva la parte del león: el 80 por ciento de las ganancias". "El Mundial Argentina 2002 -aseguró- tendrá una repercusión cien veces mayor que la que tuvo el organizado en 1982" también en el país, y que estuvo acompañado entonces por un espontáneo fervor popular que creció al calor de los éxitos del seleccionado, que obtuvo el tercer lugar en el certamen. Goijman remarcó que el objetivo deportivo en el Mundial será ocupar uno de los lugares del podio, pero a que admitió que Argentina, en ese aspecto, aún no se puede comparar con el nivel que tienen Brasil, Italia o Rusia. "El equipo argentino, salvo Weber (Javier) y Conte (Hugo) es muy joven, pero estamos trabajando para cubrir el bache que hay entre el seleccionado y aquella camada que deberá en el futuro ocupar su lugar. No sobran valores, pero la brecha de a poco se va achicando", opinó. El dirigente aseguró que el vóleibol, con el tiempo, debe consolidarse como "el segundo deporte de la Argentina", un lugar que, dice, no ostenta por las distintas crisis institucionales que en el plano local afrontó en las últimas décadas. "Hoy el vóleibol es el tercer deporte en audiencia de televisión (después del fútbol y el automovilismo), y el cuarto en asistencia a los estadios (detrás del fútbol, el automovilismo y el básquetbol), pero ni los sponsors ni el periodismo nos reconocen ese lugar", se quejó. "Al básquetbol le pagan cinco millones por los derechos de televisación de la Liga Nacional y a nosotros 450.000 por el mismo torneo. Y los rátings son muy parecidos. Y eso es porque Trisa-Tele Red Imagen está atacando al vóleibol, está volcando razones no empresariales para perjudicarnos", acusó. "Y todo -continuó- porque no le dimos la exclusividad del negocio del vóleibol. Nosotros queremos también en el mercado a ESPN y a PSN, porque a la larga eso nos va a dar frutos", explicó Goijman. El presidente de la FAV apuntó que una de sus "grandes frustraciones" es el trato que el periodismo le dedica al vóleibol. "No nos quejamos del nivel del periodismo especializado en vóleibol porque, creo, entiende bastante del deporte. Pero los que dirigen los medios nos toman como algo raro. El tenis, por ejemplo, recibe una cobertura descomunal. Se gana un torneo satélite en Cuzco o Bogotá y salen tres páginas. Y yo peleo por un poco de espacio y me condenan a una apostilla", reclamó. Goijman, por último, adelantó que el año que viene abandonará su cargo (vence su mandato, que no es reelegible) con la satisfacción de haber organizado "el mejor Mundial que se haya visto", seis años después de haber asumido "sin que la Federación tenga una computadora ni un empleado".
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