Miguel Pisano
La cuestión resulta tan vieja como el fútbol mismo, pero a Central le pasa cada vez más seguido. El equipo del Patón Bauza está integrado por una gran cantidad de buenos jugadores y con una notable técnica individual desde tres cuartos de cancha hacia delante, pero con un déficit preocupante: casi ninguno le pega al arco desde media o larga distancia y, la mayoría, ni siquiera lo hace desde corta tampoco. Y, si no, que lo cuenten en la noche del viernes Ezequiel González y el propio Rafael Maceratesi, quienes dispusieron de inmejorables oportunidades como para hacerlo y, sin embargo, eligieron el pase a otro compañero. La más clara en este sentido la tuvo el Rafa, que dispuso de una gran ocasión para convertir cuando Central ganaba 1 a 0 y el equipo urdió la mejor jugada del partido, en la que tocaron Erroz, Moreno, Ezequiel y el propio Maceratesi quedó solo por la derecha del área con el arquero, pero, increíblemente, en vez de pegarle al arco derecho viejo, como diría la sabia letra del tango, eligió el centro hacia Pizzi, que fue anticipado por un defensor. Otras tantas veces le pasó lo mismo a Ezequiel, que tuvo un par de muy buenas ocasiones de pegarle al arco desde el borde del área, una en cada tiempo, pero en ambas eligió dar el enésimo pase y dilapidó otras tantas llegadas. Hubo otra, en cambio, en la que eligió pegarle al arco, pero lo hizo desde un ángulo demasiado cerrado, desde la izquierda, cuando entraban tres compañeros a buscar el centro. "Es cierto, elegí pegarle al arco y entraban tres compañeros", reconoció Ezequiel a Ovación en el vestuario visitante de Vélez, después del partido, con la sinceridad que lo distingue. El propio Vitamina Sánchez reconocía que tanto él como la mayoría de los volantes ofensivos y delanteros canallas adolecen de esa falta de media distancia, una característica que el propio cuerpo técnico se halla especialmente interesado en modificar o, al menos, en mejorar en la medida de lo posible. Cómo será que en el torneo pasado el profesor Mur les apostó un viaje a Cancún a Ezequiel y Moreno si hacían una determinada cantidad de goles desde fuera del área. En este sentido, los juveniles volantes ofensivos Luciano De Bruno y Javier García -le metió un golazo a River desde fuera del área en el Monumental- y el delantero Federico Arias son las excepciones de la regla porque aparecen como jugadores con esa saludable tendencia a pegarle desde afuera. Le pasó el domingo de la otra semana contra River, le volvió a suceder algo parecido el viernes contra Vélez y es una de las marcas distintivas de este promisorio equipo del Patón Bauza: Central no patea desde afuera, a pesar de contar con buenos volantes ofensivos y delanteros. Además, esta nueva pelota, mucho más liviana que las anteriores y que vivorea en su recorrido, es una invitación más a pegarle con asiduidad, en un torneo plagado de arqueros a los que les cuesta demasiado retenerla. En fin, no sólo se trata de jugar bien, que es la base del protagonismo, sino también de patear mejor.
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