Los platos de la noche anterior sin lavar, las camas sin tender, la ropa sucia apilada en un rincón, nada para almorzar y, encima, la heladera semivacía. El jueves, cuando el segmento femenino de más de un hogar se sume a la huelga mundial de mujeres, éste podrá ser el panorama doméstico imperante. Muchos maridos e hijos podrán sentir la actitud casi como una traición. Pero para las mujeres que llaman a sumarse al paro, se trata de una manera de "hacer visible el trabajo invisible que cotidianamente realizan madres y amas de casa".
La medida de fuerza, que nació el año pasado en Europa en el Día Internacional de la Mujer, reunió a las mujeres de 64 países. Esta vez se repetirá y no faltarán las rosarinas, movilizadas desde el Sindicato de Amas de Casa y la Multisectorial de Mujeres que agrupa a militantes de derechos humanos y activistas gremiales. También el Instituto de Estudios Jurídicos Sociales de la Mujer (Indeso), con algunas diferencias en el reclamo, adherirá a la medida con un acto en la plaza Pringles. En cambio, desde el área de la Mujer de la Municipalidad no se llamará a la huelga, pero se presentará un Plan que apunta a combatir la discriminación hacia el género.
Todas son amas de casa
Dora Mantello, del Sindicato de Amas de Casa, comentó a La Capital el por qué de la medida. "La huelga nació en Irlanda. Como nosotras adherimos a la idea de que el trabajo del ama de casa, del que pocas mujeres se salvan, no es reconocido porque ni siquiera goza de un salario, proponemos que al menos durante ese día las mujeres dejen de hacer lo más que puedan", explicó esta dirigente que se define como "médica y ama de casa".
Para Mantello, el paro está pensado "para todas, sin excepción", y esa aclaración tiene para ella un especial sentido: "Es que el trabajo del ama de casa nos involucra a todas, también a las profesionales que luego de trabajar afuera sumamos cuatro o más horas en el hogar. Desde el sindicato respetamos esta labor y nos posicionamos lejos de quienes creen que el ama de casa debe responder al molde de Utilísima. No coincidimos con los grupos de intelectuales que dicen que es un laburo denigrante, porque pensamos que es un trabajo como cualquier otro, que debe ser respetado".
Para el día de la huelga, el sindicato está preparando festivales, mateadas y talleres en distintos barrios, espacios donde las mujeres serán invitadas a debatir su problemática.
Desde Indeso también se apoyó la idea de una medida de fuerza. "Es interesante porque apunta a valorizar una actividad menospreciada como es el trabajo del ama de casa, que no goza de horarios ni límites", señaló Noemí Chiarotti, aunque fijó algunas diferencias con quienes sostienen que esa labor debe ser remunerada: "La actividad del ama de casa no debería ser un mandato cultural, pero tampoco una actividad paga. Porque conquistar un salario puede transformarse en una trampa. Y por ello, los varones pueden obligar a las mujeres a trabajar aún más. El trabajo en la casa debe ser realizado por quienes viven bajo un mismo techo".
Esta organización está preparando sus propias actividades para ese día. Un acto en la plaza Pringles y la instalación de un stand donde se repartirá material informativo son algunas de las iniciativas.
Desde el área de la Mujer de la Municipalidad, Lucrecia Aranda señaló que se apoya la idea de hacer "visible" el trabajo doméstico y la crianza de los hijos, pero remarcó que la dependencia está trabajando sobre estrategias propias: un plan de igualdad de oportunidades entre varones y mujeres, que se presentará el jueves en el Salón Carrasco del Palacio municipal.
"Estamos planteando -dijo Aranda- acciones en todas las áreas de gobierno municipal e intentamos comprometer al Concejo y a distintas organizaciones en la lucha para evitar la discriminación contra la mujer".
Cada 8 de marzo, y esta vez no será la excepción, la mujeres recuerdan ese trágico día de 1908, en que 127 trabajadoras de la fábrica textil Cotton de New York murieron durante una huelga en pedido de la reducción de sus horas de trabajo. Se habían encerrado en el interior del edificio para protestar y el dueño, para obligarlas a desistir, decidió incendiar la fábrica, lo que generó el fatal e histórico episodio.