La sanción disciplinaria impuesta por la Unidad Regional II a María del Rosario tuvo un rápido efecto de contragolpe. Irritada por la medida, la agente aseguró que si no se le restituía su estado policial divulgaría públicamente detalles -con nombres propios- sobre los presuntos mecanismos policiales de recaudación ilegal. La agente rebelde fue secretaria privada del ex jefe de la Unidad Regional II, Oscar Partal. Su último destino habría sido la delegación del Iapos, obra social que agrupa a los miembros de la policía provincial, en la misma Jefatura situada en Ovidio Lagos al 5300. En la Jefatura casi no hay quien la desconozca precisamente por lo llamativo de su atractivo físico. Estilizada, de 1,70 metro de estatura, ojos azules, tez blanca y rubio pelo lacio. El que escuchó la advertencia lanzada por la joven agente fue un oficial que ocupa la jefatura de una sección.
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