Mostar, Bosnia. - Las fuerzas ultranacionalistas croatas proclamaron ayer la autonomía de las zonas donde son mayoría en Bosnia, a pesar de que la comunidad internacional desaconsejó esta medida, que es una violación del acuerdo de paz de Dayton de 1995. La actitud de los nacionalistas aparece como una represalia a la reciente formación de un gobierno moderado croata-musulmán del que fueron excluidos por primera vez en diez años. El gesto de los nacionalistas fue severamente comentado por el premier de la vecina Croacia, país que fue histórico apoyo de las pretensiones independentistas bosniocroatas. Según los acuerdos de Dayton de 1995, Bosnia quedó constituida en una república con dos "entes" cuasiestatales autónomos, uno serbio (la República Serbia) y otro de musulmanes y croatas (la Federación Bosnia), pero los croatas llevan años exigiendo su propio ente. Los partidos nacionalistas, encabezados por la Unión Democrática Croata (HDZ), celebraron ayer en Mostar, en el sur de Bosnia, una sesión de su autoproclamado Consejo Nacional Croata, en la que los 700 delegados presentes proclamaron la autonomía por unanimidad. Se desconocen todavía detalles sobre el alcance de la pretensión autonómica bosniocroata. Estos son mayoría abrumadora en Herzegovina, en la frontera con Croacia, y también tienen mucho protagonismo en algunos enclaves aislados de la Bosnia central. El alto representante internacional para Bosnia, Wolfgang Petritsch, advirtió en los últimos días a los nacionalistas de la HDZ contra la toma de esta decisión, que prácticamente supone la creación de un tercer ente o república autonómica, croata, en el país. La HDZ ya había anunciado su intención rupturista la semana pasada, ante la formación del primer gobierno moderado en Bosnia, formado por una alianza de diez partidos, musulmanes y croatas no nacionalistas, y que puso fin a una década de dominio de los partidos nacionalistas de las tres etnias del país. El Consejo Nacional Demócrata afirmó ayer que su decisión entrará en vigor en 15 días, si para entonces los partidos de Bosnia y la comunidad internacional no han cumplido con sus exigencias. Demandan el cese del apoyo internacional a los partidos moderados que formaron en las últimas semanas el gobierno central bosnio y el del ente musulmán-croata. Los nacionalistas se consideran mayoritarios y no admiten que una coalición de moderados les haya arrebatado el poder. Exigen además que se negocie un nuevo orden constitucional del país multiétnico. Según lo aprobado ayer por el Consejo Nacional Croata, el nuevo gobierno bosniocroata contaría con policía, medios de comunicación y sistema de educación propios: en pocas palabras, la federación croata-mulsumana dejaría de existir. Ya existe de hecho un ejército bosniocroata, el Consejo de Defensa Croata, que en pocas semanas se convertiría en Fuerzas Armadas. Tras la decisión croata, el alto representante internacional par Bosnia, Wolfgang Petritsch, expresó su esperanza de que la situación general del país no degenere en una "explosión política". El diplomático había amenazado a los nacionalistas con "medidas" si éstos tomaban la decisión que finalmente concretaron. El premier de la vecina Croacia, Ivica Racan, advirtió que una "escalada política en Bosnia podría ser desastrosa para los bosniocroatas", y apeló a la HDZ a desistir de cualquier forma ilegal de Estado. Ayer, la HDZ envió representantes a Mostar, sede del Consejo Nacional Croata, al que asistieron en señal de apoyo el obispo de Mostar, Ratko Peric, y el líder de los franciscanos bosnios, fray Tomislav Pervan. El obispo Peric condenó la "difícil situación de los croatas en Bosnia", de cuya responsabilidad imputó a "las fuerzas de paz internacionales, la comunidad internacional y el imperfecto acuerdo de Dayton".
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