Marcos Cicchirillo
Desde el efecto tequila se dibujó un nuevo escenario en el sector financiero. La concentración bancaria fue una de las consecuencias más significativas. Pero la reestructuración del sistema introdujo novedades, entre ellas, que las principales entidades comenzaron a invertir en productos masivos para clientes individuales y empezó a hacer furor el uso de Internet. Sin embargo, no fue hasta el año pasado cuando al son de un Nasdaq por las nubes y con los gurúes tecnológicos pregonando las virtudes de la red, que se desató el verdadero desarrollo del denominado home banking y el business to business (B2B). Hoy, el crecimiento es exponencial, tanto por la cantidad de personas que están realizando operaciones a través de la web (evitando trasladarse a la sucursal) como por el volumen de esas transacciones. El gran avance en la implementación de tecnologías en el sector financiero llegó de la mano del apocalíptico Y2K (efecto 2000), lo que generó que todos los bancos -comandados por el Banco Central-, actualizaran sus sistemas informáticos. La mayoría de las entidades relanzaron en 2000 sus portales, con mucho más contenidos y posibilidades para establecer consultas y operaciones como renovación de plazos fijos, tarjetas de créditos, pagos de cuotas de colegios, clubes, etcétera. Para tentar con la modalidad, varios bancos otorgan, por ejemplo, un plus de rentabilidad a los clientes que realicen las inversiones por Internet. Así como sucedió en su momento con los cajeros automáticos, la adopción de nuevas tecnologías implica cambios que muchas personas temen. Por eso, las entidades también incluyen estrategias de aprendizaje para transformar ese miedo en una ventaja, con guías prácticas o teléfonos de consulta permanente para poder manejarse ante lo desconocido. Pero los directivos de los bancos consultados por La Capital consideran que además de las cuestiones culturales, existen otras barreras importantes, como la inaccesibilidad que tienen hoy muchas personas debido al costo de las computadoras y los precios de conectividad. Uno de los principales temores está puesto en la seguridad y privacidad que brinda Internet. Los responsables de las áreas tecnológicas de las entidades aseguraron que los sistemas utilizados por la banca en la Argentina está dentro de los estándares internacionales. Hernán Mateissi, responsable de home banking del Banco Galicia, resaltó entre las ventajas para el cliente el tener un "banco abierto las 24 horas" y evitarse las colas. "Es un canal alternativo que permite bajar los costos y establecer una relación más estrecha con el cliente", remarcó. De todas formas, los avances no se detienen y algunas entidades ya permiten en sus home banking las operatorias con fondos de inversiones, bonos y títulos públicos, pero más lejana figuran las posibilidades de realizar transacciones entre cuentas de distintos bancos o la toma de un crédito. "Actualmente se pueden resolver una amplia gama de consultas y operaciones con este servicio a un cliente individual, la única necesidad insatisfecha que le queda es la posibilidad de extraer dinero", señala Claudio Recaño, gerente de canales tecnológicos del BBVA Banco Francés. Carlos Ucha, jefe de home banking del Banco Río, explicó que se comenzó con las transacciones de plazos fijos por la dimensión que tiene esta cartera en el mercado argentino, y por esta misma razón aparecen en segundo lugar los fondos de inversión, luego los bonos y por último los títulos públicos, el más pequeños de los segmentos de inversión individual.
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