"Colegio Sagrado Corazón": Una digna historia que ya dura cien años

Silvio Mario Valli

A riesgo de perder la objetividad, dada la multiplicidad de sensaciones que me detonó como ex alumno la lectura que como una suerte de homenaje en el centenario del Colegio del Sagrado Corazón, ha llegado a mis manos y a mi espíritu, es que trataré de hacer una reseña de lo que considero una ímproba labor de su autor, Miguel Angel Chiarpenello, y colaboradores.
El libro, lujosamente presentado, mejor diagramado y de impecable factura rememorativa en texto y foto, le dará, tanto al ex alumno como a los propios alumnos por venir, una acabada visión de lo que fue y es esta institución que llegó para quedarse, merced al tesón y el cariño a esta sociedad por parte de los entrañables sacerdotes y laicos, inspirados por ese varón que fue San Miguel Garicoits.
Dieciséis capítulos con una introducción y un epílogo, además del listado completo de todas las promociones, permiten acceder al universo mismo del Colegio Sagrado Corazón. A saber: 1) Un santo llamado Miguel; 2) La llamada de América; 3) Los bayoneses en Rosario; 4) El sueño de la casa propia; 5) Venerable protección; 6) El fundador director; 7) Renombre bien ganado; 8) Con uniforme azul; 9) El templo reluciente; 10) Los primero cincuenta años; 11) Renovación de confianza; 12) A cien años de la muerte de Garicoits; 13) 1970-1996; 14) El colegio hoy; 15) Por amor al colegio, y 16) Las obras de la Asociación.
Sólo un gran cariño y emocionado recuerdo pudieron haber plasmado lo que, humildemente, Chiarpenello señala en el prólogo: "El libro no pretende constituirse en la historia pormenorizada de los hechos, ni señalar paso a paso lo sucedido en la centuria, ni tampoco ambiciona ser la versión oficial de esos mismos hechos".
Pueden Chiarpenello y colaboradores tener la tranquilidad absoluta de que su trabajo ha sido altamente positivo, toda vez que ha posibilitado que los 100 años que hoy cumple el colegio de los Padres Bayoneses, para propios y extraños, sean reflejados en las páginas del libro. "Sólo es duradero... lo que con virtud se consigue" (Sófocles).