El clásico Real Madrid-Barcelona, con 2-2 final, pasará a la historia como uno de los más igualados tanto en buen juego como en méritos de las estrellas de uno y otro equipo, Raúl y el brasileño Rivaldo, aunque el choque se cerró con un polémico gol anulado al segundo.
El 2-2 final será recordado sobre todo por la decisión del árbitro Losantos Omar de anular un tanto en el último minuto a Rivaldo. Un gran disparo del brasileño, que pegó en Iván Helguera y se coló junto al poste izquierdo, y que fue anulado por fuera de juego de tres barcelonistas que, sin embargo, no intervinieron en la acción.
Más allá de ese instante, el empate puede considerarse un resultado justo para un partido en el que Barcelona tuvo más el balón, pero Real Madrid lo supo manejar mejor. Raúl, oportunista, hizo los dos tantos de su equipo, mientras Rivaldo, creativo, lograba los de los catalanes.
El alto ritmo del encuentro quedó de manifiesto desde casi el primer instante. Un disparo de Rivaldo sobre el arco madrileño y otro del portugués Luis Figo sobre el de Barcelona abrieron las hostilidades en los dos primeros minutos.
A pura emoción
Raúl adelantó a Real Madrid en el minuto 6 con un remate por debajo de las piernas de Reina gracias a una magistral asistencia del brasileño Roberto Carlos, tras una de sus habituales subidas por el sector izquierdo.
Rivaldo, en el 36, consiguió el empate. Después de una asistencia de Luis Enrique, el brasileño dejó en el camino a Casillas y remató de zurda con el arco vacío.
La alegría le duró poco a los catalanes ya que 30 segundos después Raúl aprovechó un rebote de Reina tras un disparo de McManaman para establecer el 2-1 con el finalizó la primera parte, en la que los de Vicente Del Bosque aparecieron como mejor parados que su eterno rival.
El complemento fue propiedad exclusiva de Barcelona, que en cada llegada daba la impresión de estar muy cerca del empate, frente a un equipo madrileño que aparecía demasiado cansado.
Rivaldo logró la igualdad definitiva a los 69' con un latigazo que ingresó junto al palo izquierdo de Casillas.
Como el empate no le caía tan mal, Real Madrid, prefirió esperar a los catalanes en su campo y eso le permitió a Barcelona hacerse dueños del partido y crear las chances necesarias para aspirar a una victoria, que finalmente no pudieron concretar, a pesar de los reclamos sobre el árbitro por el gol anulado a Rivaldo, cuando el partido llegaba a su fin.