Empresarios que acudieron ayer a la Casa Rosada dieron una pincelada dramática de la situación económica y lo suficientemente intensa como para que el gobierno tome conciencia de la necesidad de recuperar la iniciativa para salir lo más rápido posible del ciclo recesivo.
Durante el encuentro, el gobierno pidió lo de siempre: más inversiones. Y los empresarios insistieron con lo suyo: medidas para estimular la producción.
Unos veinte empresarios locales de primera línea le plantearon ayer cara a cara al presidente Fernando de la Rúa la necesidad de poner en marcha medidas que permitan alentar tanto las exportaciones como el consumo interno, al tiempo que ratificaron su compromiso como "generadoras de fuentes de trabajo" para combatir el desempleo.
El vicepresidente de Socma, Jorge Aguado, señaló su preocupación sobre el nivel de indigencia, al afirmar que "en definitiva, si hay pobreza no hay mercado".
Aguado remarcó que la reunión se propuso para "generar un diálogo sincero, fluido y permanente", para reactivar la "economía y facilitar las inversiones".
Los empresarios ahora enfrentan un durísimo desafío frente a la recesiva realidad económica: sus casas matrices no aprueban nuevos planes de inversión en una economía que está paralizada desde hace casi tres años.
El gobierno ahora se debate en la encrucijada de estimular el consumo interno, mediante una baja de impuestos, y arriesgarse a demoler un delicado esquema fiscal. Ahora hay más urgencias aunque el blindaje otorgue una cobertura frente a los vencimientos de la deuda. Sin embargo, y a pesar de la frondosa propaganda oficial, parece que el blindaje no resulta suficiente para reactivar la economía.
Aguado, que ofició de vocero de sus pares, detalló además que las altas tasas de interés que pagan las empresas, sobre todo las pymes, y el problema de la economía en negro que genera no sólo evasión fiscal sino también previsional, fueron evaluados en la reunión.
Del encuentro, que se prolongó más de dos horas, también participaron el jefe de gabinete, Chrystian Colombo, y los ministros de Economía, José Luis Machinea, y de Trabajo, Patricia Bullrich. "Se habló de cómo generar mayores fuentes de trabajo", señaló Aguado.
Temor por nuevas tasas
Los empresarios no ocultaron que otra de las preocupaciones que le manifestaron a De la Rúa fue "la inventiva de los gobiernos provinciales y municipales de crear nuevas tasas sobre una gran cantidad de empresas que están haciendo emprendimientos en todo el país", según comentaron a la salida del encuentro. También advirtieron que "cuando se habla de estabilidad tiene que ver también con que este sistema no se vea permanentemente alterado".
En cuanto al sistema tributario argentino subrayaron la necesidad de llevar a cabo un "análisis en profundidad" de su estructura, y sostuvieron que "este es un problema no sólo nacional sino en el que también tienen mucho que ver las provincias y los municipios".
Sobre la economía negra, el vocero del grupo sostuvo que "es una cuestión de política de Estado en la que debemos estar comprometidos todos los sectores", al tiempo que destacó la necesidad de "hacer mucho más transparente la actividad económica".
Por el empresariado estuvieron presentes además de Aguado, Carlos Giovanelli (Citibank) José María Ranero Díaz (Repsol YPF); Carlos Fernández Prida (Telefónica); Antoni Peris Mingot (GasBan); Vincenzo Barello (Fiat); y David Beer (Shell).
También participaron Juan Carlos Cassagne (Aguas Argentinas); Francisco Codina (Ford); Manuel Sacerdote (BankBoston); Enrique Cristofani (Banco Río); Oscar Vignart (Dow Química); Rodolfo Schmidt (Siemens); Patricio Kelly (Deutsche Bank); Aldo Roggio (Roggio); Rafael Argelles (Philip Morris), Julián Gari Munsuri (Dycasa S.A.), Carlos José Miguens (Cervecería Quilmes), y Eduardo Constantini.