Año CXXXIV
 Nº 49.042
Rosario,
miércoles  28 de
febrero de 2001
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Consultas masculinas frente a las femeninas

La práctica clínica de médicos y médicas presenta no pocas diferencias, asegura Ana Delgado Sánchez, que trabaja como técnica de salud en la unidad docente de Medicina de Familia y Comunitaria de Granada y ha participado en distintos estudios sobre género y salud en atención primaria. Así, estos trabajos descriptivos, según los califica, muestran que las consultas de ellas suelen ser más largas, ya que la mujer facilita más información al paciente, lo escucha más y negocia más con él (por ejemplo, "para facilitarle que pierda peso o que siga un tratamiento").
De este modo, según Delgado, se establece una empatía y una comunicación fluida entre la médica y el paciente y éste "considera muy positivo que su médica se ocupe también de los aspectos emocionales y psicosociales".
El estudio "Trabajo, género y medicina. Actividad profesional de las médicas españolas en el siglo XX", realizado entre 1998 y 2000 y financiado por el Instituto de la Mujer, revela una serie de similitudes entre las participantes, a pesar de las diferencias de edad y de especialidad.
Como explica Delgado, se han establecido dos grupos por edad (mayores y jóvenes) y cinco por especialidad (pediatras, psiquiatras, médicas de familia, cirujanas y gestoras). "Aunque estamos a la espera de los resultados finales -dice-, los preliminares revelan que todas están atrapadas en una dicotomía: la de elegir entre la vida familiar y la profesional. Hay una lucha entre ser buena médica y buena madre. Todo esto genera sentimientos de frustración o culpa, según la opción preferencial. Y se aprecia mucho estrés y cierta falta de control sobre la propia vida".
Carmen Valls, diputada catalana, médica y directora del Programa Mujer, Salud y Calidad de Vida, del Centro de Análisis y Programas Sanitarios, explica que muchas de las profesionales sanitarias han hallado en la práctica clínica problemas de género. Por ello creó en julio de 1999 la Red de Médicas y Profesionales Sanitarias del Estado Español.
"En la red estamos comunicadas por Internet y mantenemos constante información de los estudios que se realizan en el mundo sobre salud y género. La red también nos permite reflexionar sobre nuestro trabajo en todos los campos de la actividad sanitaria", cuenta.
Según Valls, existe un sesgo androcéntrico en las investigaciones médicas se estudian la patologías en el sexo masculino, dando por incluido al femenino. "Sin embargo -advierte- se ha constatado que diversos procesos metabólicos pueden tener pequeños rasgos diferenciales en hombres y mujeres, de ahí que el metabolismo de los fármacos pueda ser distinto. También se ha comprobado que existe una mortalidad posinfarto en la mujer del 60% frente al 3% en el hombre. Y es porque ella tarda varias horas más en consultar, ya que no se piensa que pueda sufrir un episodio coronario".
La red fundada por Valls (www.mys.matriz.net) celebró en Madrid su primer congreso, donde se pidió la promoción de cátedras de género y la formación de los médicos para abordar los malos tratos en el hogar.


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