El ruego dirigido a las grandes figuras del espectáculo británico fue oído. "Si alguien quiere lanzarse cosas por la cabeza, que espere hasta el final", pidieron los conductores de los Brit Awards. Por lo tanto, todo el mundo se comportó como es debido. Incluso el astro del pop Robbie Williams, que se llevó tres de los codiciados premios y se convirtió así en el gran protagonista de la noche. El que sí hizo honor a su fama de chico malo fue el rapero estadounidense Eminem. A pesar de que los organizadores le habían pedido encarecidamente que durante la presentación de su hit "The Real Slim Shady" se comportara, el músico dijo al menos treinta veces la indecente palabra "fucking". "No sabemos cómo haremos para cortar todo eso", se lamentaba luego un redactor de televisión. Pero después, al recibir el premio al mejor artista internacional, Eminem se comportó y abrazó a su buen amigo Elton John, que le entregó la estatuilla, a pesar de que éste es homosexual y las letras del rapero no suelen favorecer a los gays.
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