Un joven de 20 años fue detenido en la ciudad de Reconquista, acusado de ser autor material del triple asesinato ocurrido a principios de enero en un paraje isleño cercano a esa localidad, donde tres pescadores fueron brutalmente asesinados. El detenido fue vinculado con el homicidio porque uno de los cartuchos hallados en la escena del crimen pertenecía a una escopeta de su propiedad. El imputado, Carlos Javier Cano, de 20 años, es un humilde cazador y pescador de la zona del puerto de Reconquista, donde vivía junto a sus padres. La policía señaló que el detenido tiene antecedentes por riñas y cuenta con una herida leve en el estómago, producto de una puñalada recibida en una pelea. Cano fue detenido anteayer a las 18 en su vivienda y está acusado de ser el autor material del brutal crimen que conmocionó a la población de Reconquista. Fue involucrado en la causa porque en el lugar del hecho se secuestró un cartucho disparado con una escopeta de un caño perteneciente a Cano, a quien le incautaron esa arma. Según trascendió Cano negó haber tenido participación en el hecho y permanecía alojado en la Jefatura de policía. En tanto, el juez de Instrucción Jorge Galbusera se trasladó al paraje isleño para inspeccionar personalmente el sitio donde ocurrió el homicidio, y ordenó una serie de allanamientos y medidas. Los tres pescadores fueron hallados la mañana del 3 de enero brutalmente asesinados a golpes, balazos y hachazos en el paraje El Biguazal, cercano a la localidad de Avellaneda, 300 kilómetros al norte de Santa Fe. Las víctimas se encontraban de campamento a orillas del río Correntoso y habían sido salvajemente atacadas. Las víctimas, Francisco Meza, de 66 años; su hijo Rafael, de 29; y un vecino de ambos, Matías Bustamante, de 18, presentaban heridas de bala, golpes y profundas lesiones cortantes. Meza, además, tenía un profundo corte en la cabeza provocada con un hacha. La principal hipótesis que manejan los investigadores es que los tres hombres habrían sido sorprendidos mientras faenaban ganado clandestino y fusilados por sus captores en un ajuste de cuentas. Los cuerpos de los pescadores no presentaban signos de resistencia. Por eso los pesquisas presumen que no hubo una pelea previa con los homicidas y que estos los ejecutaron allí mismo. Junto a los cuerpos, los efectivos de Prefectura Naval -que intervinieron en la investigación- hallaron una serie de elementos que reforzarían la hipótesis de que los tres hombres se dedicaban al cuatrerismo y no a la pesca: un cuchillo para depostar, el hacha con que golpearon a Meza, un martillo, bolsas de arpillera, sogas y una pala de punta. Además, los investigadores descartaron la posibilidad de un asesino solitario. Esto surge de los datos aportados por personas que escucharon los disparos (dicen que fueron simultáneos) y de los resultados de la autopsia, que determinó que los tres fueron acribillados y a Meza lo golpearon con su hacha cuando ya estaba muerto. De hecho, la policía busca a un segundo sospechoso de apellido Duarte, cuyo identikit ya fue difundido, quien fue mencionado por un testigo. Este hombre, de apellido Vallejos, contó que habló con un muchacho que le confesó que él y su padre habían matado a tres pescadores.
| El sepelio de Meza, su hijo y Matías Bustamante. | | Ampliar Foto | | |
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