San Pablo. - El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, quien el viernes destituyó a dos ministros y rompió con uno de sus principales aliados en el Congreso, está abocado ahora en una amplia reforma de su gabinete ministerial. Al despedir a los ministros aliados al poderoso senador Antonio Carlos Magalhaes, del Partido del Frente Liberal (PFL), Cardoso desairó al partido más derechista de su coalición gobernante y abrió el camino hacia una batalla más dividida para sucederlo.
Según informó ayer el diario Folha de Sao Paulo, en la nota en la que anunciaba la exoneración de los ministros de Minas y Energía, Rodolpho Tourinho, y de Previsión Social, Waldeck Ornellas, el mandatario brasileño declaró que "es preciso que las lealtades políticas sean claras" y adelantó su intención de iniciar "una nueva fase del gobierno".
Un duelo por el poder
La expulsión de los dos ministros ocurrió debido a la ruptura de Cardoso con el mentor político de ambos, el ex presidente del Senado Antonio Carlos Magalhaes, quien acusó al mandatario de encubrir corrupción en el gobierno, aunque no presentó pruebas. La ruptura con Magalhaes pone en peligro la alianza con que Cardoso llegó al gobierno en 1994 entre su partido, el de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) y el Partido del Frente Liberal (PFL), del cual Magalhaes es una de las principales figuras.
El analista político Carlos Lopes expresó que "era imposible justificar la presencia de los ministros seleccionados a dedo por el senador Magalhaes en el gobierno, cuando quien los promovió está atacando sin reparos al gobierno". Otros expertos dijeron que la tormenta política causada por las destituciones de los dos ministros podría hacer más difícil para Fernando Henrique Cardoso obtener la aprobación de nuevas reformas, como cambios en las políticas de impuestos y pensiones.
Los expertos en temas políticos pronosticaron que el presidente eventualmente logrará restaurar el orden y continuar su agenda de reformas.
Aislar a Magalhaes
El jefe de Estado brasileño exige que el PFL aísle a Magalhaes, lo que, según analistas políticos, difícilmente ocurrirá, pero ya se está formando en ese partido una facción progubernamental, capitaneada por el vicepresidente de la república, Marco Maciel.
Detrás de la crisis está la reformulación del mapa político del Congreso, donde el partido de Cardoso posee ahora por primera vez el mayor grupo parlamentario, mientras que el PFL dejó de ser el partido más numeroso y retrocedió a un modesto tercer lugar. Por otro lado, empiezan a moverse las piezas del complejo ajedrez electoral, con miras a los comicios generales de 2002. En los medios políticos, se estima que la crisis actual fortalece considerablemente la candidatura presidencial del ministro de Salud de Cardoso, el socialdemócrata José Serra, y debilita las posibilidades del gobernador del Estado de Ceará José Serra.
La composición del nuevo gabinete, que sería instalado en los primeros días de marzo, dependerá de las negociaciones que se están desarrollando entre los tres principales partidos, los de la alianza socialdemócrata-liberal y el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que también apoya a Cardoso.