Talleres de Córdoba fue contundente y se aprovechó de una noche desfavorable del arquero de Huracán Martín Ríos para imponerse 4 a 2 y pegar una escalada importante en la tabla de posiciones del torneo Clausura. El que se jugó en el Estadio Olímpico fue un partido abierto, con llegadas y goles, pero los cordobeses ganaron los tres puntos de un modo lógico porque fueron superiores en las dos áreas. Zelaya definió con un remate de derecha hacia el arco que protegían sobre la línea decisiva el uruguayo Sebastián Morquio y Ramón Ortiz, todo consecuencia de una salida deficiente de Ríos. Franco acertó de cabeza, tras córner de Daniel Albornós. La pelota pegó en el travesaño, picó detrás de la línea de sentencia, dio en la espalda de Ríos e ingresó finalmente en el arco. Berti le puso emoción al cotejo con un zurdazo a colocar, arriba y a la derecha de Mario Cuenca, luego de que el guardavalla tapara una entrada de Iván Gabrich. Así se fue un primer tiempo con muchas emociones, que se repetiría en el segundo. Alaniz prevaleció con un disparo sorpresivo desde fuera del área grande que ingresó arriba y a la izquierda de Ríos, cuando el número uno y los otros protagonistas esperaban un centro. Diego Graieb había reactivado el entusiasmo de los de Parque Patricios con un remate bajo y cruzado, pero se cuidó de festejarlo por el afecto que siente por el club que le permitió llegar a primera. El triunfo lo aseguró Sarmiento al recoger en el borde del área grande un centro hacia atrás. Cuando el encuentro se acababa se hizo expulsar Morquio por pisar a un adversario, violencia que el árbitro Oscar Sequeira castigó con una tarjeta roja directa, como correspondía. El equipo de Juan José López ya tiene 7 unidades, dos menos que los líderes River Plate y Unión, los que de todos modos en esta misma cuarta fecha están en condiciones de volver a tomar distancia. En la primera etapa Talleres ya había sido el más profundo, mientras que Huracán dependió mucho de la conducción que generaba Berti. En la segunda parte Huracán luchó por el empate, pero cuando pareció que conseguía alguna chance apareció esa acción en la que Sarmiento fijó el éxito cordobés.
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