Rodolfo Parody
Las estadísticas dirán que Argentino cayó con Sarmiento de Junín por 2 a 0. Que sumó un nuevo traspié en la Primera B. La otra historia dirá que los salaítos cumplieron una buena actuación, que le jugaron de igual a igual al puntero y que estuvieron cerca de empatar si no hubiera sido por algunos errores defensivos y por su mala puntería. Pero se quedó con las manos vacías. Las situaciones de riesgos se fueron sucediendo desde el mismo inicio. Como en una pelea entre dos fajadores, uno pegaba y el otro respondía. En ese ida y vuelta las defensas eran los puntos más débiles, pero Argentino fue el primero en inquietar. Cortalezzi sacó un zurdazo que se metía pero Fazzio alcanzó a desviar por encima del travesaño. Luego llegaría la ocasión más clara de los salaítos, cuando el arquero de local dudó entre salir y quedarse y Pusineri se le anticipó, lo eliminó y sacó un remate que tenía destino de gol pero Sardi salvó sobre la línea. Hasta que llegó el fatídico minuto 22 para Argentino. Barrios tapó a medias una entrada solitaria de Bueno, Primerano capturó el rebote y sacó un tiro débil que no pudo ser despejado por Corman. Pese al gol, Argentino no se achicó y siguió insistiendo con el juego desequilibrante de Mellado, que se erigió en el conductor de su equipo. En tanto, Cortalezzi las aguantaba todas arriba, mientras que Ojeda y Pusineri se sumaban con criterio al ataque. Cortalezzi tuvo el empate es sus pies tras una excelente habilitación de Ojeda. Pero el atacante anda peleado con el arco y la tiró afuera. El estiletazo que se clavó en la ilusión de los rosarinos de conseguir la igualdad llegó en el primer minuto del segundo tiempo. Otra vez falló la última línea y Primerano estiró la cuenta. El golpe anímico se sintió. Tardaron varios minutos los dirigidos por Oscar Díaz para recomponerse. En ese lapso dio la sensación de que Sarmiento no perdonaría en el arco rival. Sin embargo, a partir de los 15 minutos, Argentino retomó las riendas y estuvo cerca de achicar el marcador, de no ser por su incapacidad para definir y por las tapadas de Fazzio. Tanto París como Mellado se quedaron con las ganas de gritar ante la acertadas intervenciones del golero. Lo mismo le pasó a Cortalezzi, pero en este caso fue el travesaño el que impidió que su cabezazo tuviera destino de red. De esta manera, Argentino cayó de pie. Al menos, se fue con la frente alta y con la convicción de que si repite actuaciones como estas puede empezar a sonreír en el futuro.
| |