-¿Cómo fue trabajar con Ridley Scott? -Es un director maravilloso que exige mucho de los actores, exige mucha cantidad de trabajo para que las cosas salgan bien. Eso significa que los actores tenemos que estar concentrados al ciento por ciento, porque si la escena no funciona hay que repetirla cientos de veces. -¿Te pidió que adelgazaras? -No, Ridley Scott me dijo que necesitaba tres kilos de músculo. Entonces me dediqué a hacer ejercicio todo el día, fue una preparación muy intensa. Después me fui a Washington a conocer por dentro el FBI para convertirme en una auténtica detective federal. -Ahora estás increíblemente delgada. ¿Estás a dieta? -Las actrices estamos siempre hambrientas. Hay ciertas cosas que no nos permitimos comer. Es horrible. -¿Qué aprendiste de Anthony Hopkins durante la filmación? -Después de trabajar con él en "Sobreviviendo a Picasso" sé que es el mejor. Es fácil y agradable trabajar con él, y te hace reír muchísimo. Incluso me llevó a cenar con el presidente de los Estados Unidos cuando estuvimos rodando en Washington. Lo mejor de Tony es que hace bromas todo el tiempo, dice cosas raras, tiene mucha energía y un talento extraordinario. -¿Sentiste la presión de reemplazar a Jodie Foster en el personaje de Clarice? -Jodie es una actriz fenomenal, y hacer un personaje que parecía inseparable de ella fue muy difícil. Pero esta película es una historia aparte. A mí no me gusta competir con nadie, ni quiero que me comparen, aunque sé que eso va a ser imposible. Ella hizo una actuación increíble en "El silencio de los inocentes". Es una de las mejores, así que espero haberlo hecho la mitad de bien que ella. Pero yo me enfrento a la película de una forma diferente, no estoy siguiendo sus pasos. -¿Cómo describirías a Hannibal Lecter? -Hannibal es un hombre por demás de interesante. Es el malo, no hay dudas, pero al mismo tiempo tiene su propio código moral. Sabe cómo conquistar al público, y ese es el mayor trabajo de Anthony Hopkins. -¿Cuál es tu criterio para elegir un guión sobre otro? -Yo hice de todo, desde filmes independientes hasta superproducciones como "El mundo perdido". Nunca tuve un plan establecido, siempre hice lo que sentía que quería hacer, esa es mi filosofía. Sé que el público no me conoce bien todavía. Pero después de "Hannibal" estoy segura que voy a perder un poquito mi privacidad. Eso me da bastante miedo. -¿La maternidad cambió tu actitud a la hora de elegir los personajes? -Sí, porque ser madre te abre a un montón de sentimientos nuevos, y a mí me dio una felicidad que nunca había tenido antes. Mi hijo Cal me acompaña a todos lados. Estuvo conmigo durante todo el rodaje de "Hannibal". Pero de ahora en más voy a trabajar menos, porque no quiero estar fuera de casa siete meses al año. -¿Qué es lo que te gusta de ser actriz? -La oportunidad de conocer sentimientos ajenos a nuestra propia experiencia. Me gusta el sentido de comunidad que tiene este trabajo, porque podés ser lo que quieras al mismo tiempo que tu persona queda dentro de vos.
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