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La ineptitud de los políticos

Se aproxima la reforma política, por lo que sería bueno que se reduzcan a la mitad los representantes del pueblo, ya que al recorrer las bancas del Congreso se vislumbra un porcentaje durmiendo, otro leyendo diarios y gran parte no se encuentra. Estos últimos seguramente estarán paseando en el extranjero o quizás no se les exige concurrencia obligatoria. Además, si por casualidad se les ocurre trabajar, las leyes que dictan son en contra del país o del ciudadano. Estos representantes -que se otorgan toda clase de prebendas- han decretado al trabajador honesto una vergüenza histórica nacional, bajo el título de emergencia económica. Y sin vergüenza, todos los meses le roban parte de sus ganancias. Tantas bancas son innecesarias. El presidente anterior batió el récord de decretos de necesidad y urgencia y el actual ya firmó treinta. Con ese dinero tan mal distribuido se podría contribuir con la Fundación Favaloro, ayudar a mantener mejor los hospitales, cooperar con la seguridad social y escuelas.
Norma Ana González