Si bien el reclamo de los automovilistas por el uso de los radares comenzó a escucharse desde que se instaló este sistema en la provincia, fue en la primera quincena de este mes cuando explotó la bronca. Una serie de notas publicadas en La Capital reflejó este estado de situación con un dato alarmante: más de 14 mil automovilistas de Rosario iniciaron demandas contra las comunas y municipios que colocaron radares a la vera del camino por considerar que se cometieron abusos en la confección de las multas. Las zonas más polémicas resultaron ser aquellas en donde más radares se instalaron, las rutas nacionales 33 y la 9. Inclusive se pudo comprobar que los conductores comenzaron a percatarse del tema y decidieron disparar hacia caminos alternativos para disuadir los controles. Así, rutas como la 13, de Córdoba, aumentó su tránsito en un 30 por ciento, y la 14 (santafesina) llegó a duplicarlo en apenas 3 años. El malestar general repercutió en los funcionarios de la provincia, y el subsecretario de Transporte, Carlos Muia, decidió redactar un proyecto para reglamentar y unificar el uso de radares en todo el territorio santafesino. Actualmente, el decreto está a la firma del gobernador Carlos Reutemann, quien hasta dejó abierta la posibilidad de suspender el sistema si los municipios continúan con su afán recaudador.
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