Año CXXXIV
 Nº 49.039
Rosario,
sábado  24 de
febrero de 2001
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Panorama
Aftosa: Ser o no ser, esa es la cuestión
Mientras las autoridades miran para otro lado el problema se agrava. A quién le conviene el silencio

Susana Merlo

La aftosa es una enfermedad que no causa daño a la salud humana, pero sí al hombre, porque puede dejarlo sin trabajo", señaló Felipe Solá, vicegobernador de Buenos Aires, ahora devenido en "vocero" de la situación epidemiológica ante la escasa participación de los funcionarios de Agricultura, ya que su titular, Antonio Berhongaray recién se "animó" a aparecer con este tema en los últimos días, y el flamante subsecretario, Eduardo Manciana aún no aparece públicamente.
La frase de Solá resume, en forma casi perfecta, lo que muchos saben y lo que muchos más piensan (y temen).
Por un lado, es indiscutible que el agente de la enfermedad está en la región y solamente eso justifica cualquier esfuerzo de prevención que, por otra parte, no puede ni debe ser unilateral. Por el contrario, es esencial que todos los países del área trabajen conjuntamente en su control.
Hasta ahora, en el plano internacional se acepta la situación como de riesgo controlado y eso es fundamental para que el país pueda mantener su estatus comercial. Naturalmente, los problemas sanitarios en Europa donde, además de la vaca loca acaban de registrar aftosa en cerdos en Gran Bretaña "ayudan" en parte a que las reacciones no sean tan terminantes .
El asunto no queda tan claro con algunos vecinos, como Brasil que, aunque tiene problemas sanitarios sensiblemente más graves que Argentina -y no sólo con aftosa-, a veces adopta medidas de restricción al comercio que no parecen responder tanto a la "cautela" sanitaria sino a la presión de algunos sectores internos para restringir los ingresos de mercadería desde la Argentina. Algo similar ocurrió con Uruguay cuando limitó, aunque por un corto lapso, los ingresos de leche.
Pero, ¿cuál sería el escenario si el plan de prevención no diera resultado? Los especialistas, como Ignacio Iriarte consideran que, de repetirse el cierre de plazas como EEUU y ante la caída del valor de la Cuota Hilton (por el escaso consumo europeo por el mal de la vaca loca), los precios internos de la hacienda gorda pueden llegar a caer hasta 25%, aunque otros estiman que la baja puede ser aún mayor.
Más allá de los porcentajes, el escenario es factible dada la crítica situación por la que atraviesa el sector frigorífico (crisis que ya lleva más de 2 años) ya que dejaría fuera de juego a varias empresas, incluyendo algunas de primera línea a las que les resultaría imposible mantenerse con un nuevo recorte en las exportaciones.
Y con menos demanda para el exterior que la actual, con precios internacionales bajos, y con menos operadores (demandantes) por el producto, quedaría prácticamente sólo el mercado interno para pujar por la carne. Pero este, además, se encuentra muy concentrado en la demanda de los supermercados, al menos en los principales centros urbanos. Con poca demanda y sólo para el mercado interno, los precios del producto tenderían a la baja.
Esta posibilidad puede afectar a una buena parte de la industria frigorífica y derivada lo cual, entre otras cosas, estaría implicando una nueva expulsión de mano de obra. Esto también incidiría negativamente en la ganadería y en los productores, por derrumbe de los precios internos.
Por otra parte, no se estaría modificando en nada la situación sanitaria que debe seguir su curso técnico, independientemente de la política o los mercados. Bajo este supuesto, el productor ganadero puede perder a dos puntas: primero por la caída de producción , y en segundo término, por la baja de precios de su producto.
Por otro lado, aunque es secundario, no hay que perder de vista la cuestión política y también los intereses particulares de no pocos que, ante la confusión "pretenden llevar agua para su molino".
En este contexto se puede mencionar a varios miembros de las ex fundaciones que sólo pretenden revivir el esquema a cualquier costo o, mejor dicho, sin medir los costos, para beneficio individual. También aparecen algunos ex funcionarios tratando de mantener "cartel"
Como si fuera poco, varias de las actuales autoridades "máximas" del área agrícola, que se mataron el año pasado por "aparecer en la foto" en París cuando la OIE reconoció a la Argentina como País libre sin vacunación, ahora intentan mirar hacia otro lado para que de la situación se haga cargo otro, como si esto no fuera un problema de Estado. Algunos, incluso, siguen viajando y armando ferias y actos en el exterior como si nada...
Por eso, para los productores, cada día más desconcertados y confundidos, y con crecientes restricciones operativas, la única salida que están viendo es que el plan de resultado. Después habrá que revisar las culpas e irregularidades públicas y privadas.


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