Hay de todo: joyas, historias divertidas y tristes, paisajes, excentricidades, himnos, pavadas... No son ni las mejores ni las peores. No son, claro está, las que cada uno querría escuchar ni tampoco serán interpretadas por quienes cada espectador desearía, porque algunos autores o intérpretes que fueron verdaderos maestros ya no están y otros, que no lo fueron, mejor que no estén. Son simplemente, como lo dicta el título del espectáculo, "Otras veinte canciones del siglo XX", interpretadas por otros tantos solistas y grupos locales en una propuesta -organizada por la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad- que incluye desde el vals criollo al tango, pasando por el chamamé, la zamba y la tonada, hasta llegar a las distintas vertientes del rock y el pop, el bolero, cuarteto, candombe y la canción urbana. Se ofrecerán hoy, las 21, en el patio cívico del Monumento Nacional a la Bandera y de esa manera se cerrará por este año el ciclo "Rosario bajo las Estrellas".
Una nostalgia sin depre, con una buena dosis de pachanga, la presencia de artistas rosarinos, algunos de ellos de convocatoria nacional como Vilma Palma e Vampiros y Fabián Gallardo, junto a los folcloristas del Neike Chamamecero o del trío Cuchillo de Palo o Martín Neri, distintas bandas de rock como Scraps, Damas de Noche o In Vitro, cantantes como Ethel Koffman, cantautores como Jorge Fandermole y tangueros como Los Tauras, todos con la conducción de Quique Pesoa, serán los atractivos de este maratónico encuentro.
Aunque no se conoce exactamente quiénes, cómo, cuándo y con qué criterio eligieron los temas, el programa de "Otras veinte canciones del Siglo XX" se limita a un repertorio nacional que incluye una variedad de ritmos populares de distintas épocas, aunque no constituye en absoluto un cronología o una recopilación de éxitos. El "Otras" del título remite al recuerdo de una primera edición de similares características, llevado a cabo en diciembre de 1999 a modo de despedida del año y, considerando polémicas matemático-filosóficas de aquel momento, posiblemente también del siglo y del milenio.
"Tocan nuestra canción"
En un viejo chiste de Roberto Fontanarrosa se ve a una pareja de estudiantes vestidos con el look de los setenta, tomados de la mano en torno a la mesa de un bar y mirándose enamorados, mientras en la calle suenan las sirenas y se ven pasar patrulleros y carros de asalto. "¡Sentí, están tocando nuestra canción!", remata el estudiante con una sonrisa. La agridulce humorada del creador de Inodoro Pereyra remite a esa característica de la memoria en la que los sonidos se asocian inmediatamente con imágenes y vivencias de momentos y épocas enteras de la vida. No importa en este caso la calidad musical o poética de una canción, o quiénes eran los que las cantaban, sino el hecho de que cuando tras algún tiempo se las vuelve a escuchar, ocurre lo que con sabiduría planteó Serrat en "Aquellas pequeñas cosas" y surgen vivencias convenientemente -o no- archivadas en algún recodo de la memoria, que hacen bailar y reír en conjunto o llorar "cuando nadie nos ve".
"Cantate una que sepamos todos" es la vieja consigna peñera que primó a la hora de armar parte de este espectáculo que incluye el arquetipo del valsecito criollo con "Desde el alma", de Rosita Melo que interpretará la Orquesta de Tango de la UNR, para que la abuela recuerde tiempos mozos.
Luego los jóvenes podrán apreciar ese rock nacional duro y desesperanzado de la primera de las décadas infames de este país que escribió Enrique Santos Discépolo y que se llamó "Yira, Yira" cantado por Los Tauras, e inmediatamente "Luna tucumana" de Yupanqui en versión de Jorge Fandermole.
El programa continuará con los extraños damascos llenos de miel de la "Tonada del viejo amor" de Eduardo Falú y Jaime Dávalos por el trío Cuchillo de Palo y habrá que correrse un poco para que evolucionen cómodamente los que quieran bailar "El toro", el clásico chamamé de Cambá Castillo y Pedro Sánchez que interpretará el Neike Chamamecero dirigido por Ruli Merlo.
Pedacitos de la leyenda
No va a estar Pablo el Enterrador pero sí parte de su leyenda con algunos de sus integrantes hoy miembros del grupo La Barca, trayendo el recuerdo de Vox Dei y "La Biblia" con "Presente", dándole lugar luego a Las Damas de Noche con "Una mujer" y The Soul Hunters con el "Rutas argentinas", del Luis Alberto Spinetta de Almendra.
Rock y tango suelen llevarse bien por la esencia de marginalidad que ambos contenían en sus principios y Fabián Gallardo seré el encargado de mostrar esa relación interpretando "Gricel", de Mores y Contursi.
Basta de paz. Carmina Burana cantará "Demoliendo hoteles" y la ironía posmoderna de Pipo Cipollatti tendrá su lugar con el homenaje a "Titanes el el Ring" con Rosario Smowing.
Aquellos años en los que la democracia era un objetivo esperanzador tras la oscuridad de los militares tuvieron hitos musicales como "El témpano", de Adrián Abonizio o "Como la Cigarra", de María Elena Walsh y ambos temas llegarán en las voces de Ethel Koffman y Martín Neri, y todo rosarino de cuarentón para arriba rememorará adolescencias de bailes de carnaval cuándo Batallón Mermelada interprete su popurrí con obras de Roque Narvaja o Francis Smith con "La extraña de las botas rosas", "Zapatos rotos" y "Yo en mi casa y ella en el bar". Mientras otros también creciditos podrán recordar años de vino berreta en las peñas, volanteadas por causas nobles en las facultades y latinoamericanismos con las esperanzas de "Canción con todos"
Hubiera sido imperdonable la ausencia de Sandro, y el mito del Gitano se hará presente con "Tengo" -"el popular tema de Sandro y Anderle" como la anunciaban los viejos locutores- de la mano del grupo In Vitro.
Se presume que "Otras veinte canciones del Siglo Veinte" debe terminar con "gran conga gran", y por eso para sus últimos tramos se prevé el "Matador", de Los Fabulosos Cadillacs, pero en la versión de Scraps; "¿Quién se ha tomado todo el vino?", de la Mona Jiménez por los Vilma Palma e Vampiros y el candombe que popularizara Alberto Castillo "Siga el baile" por el grupo La Semilla.
La Ciudad
