Año CXXXIV
 Nº 49.036
Rosario,
jueves  22 de
febrero de 2001
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Editorial
La "Declaración de Rosario"

Al margen del fondo político que, de cara a la interna justicialista para el 2003, evidentemente tuvo el acontecimiento, nadie en sus cabales puede discutir que si algo positivo quedó de la reciente reunión tripartita de gobernadores en nuestra ciudad, ello tuvo que ver con algunos aspectos de la economía. Como siempre sucede en estas cumbres, el hecho quedó reducido a un documento -para el caso la "Declaración de Rosario"- acordado previamente.
Sólo el paso del tiempo dirá cuántos de todos esos enunciados llegará a buen término. Se trata de una posibilidad que cristalizará en tanto las partes comprometidas continúen, ya fuera del encantamiento de los medios de comunicación, con la paciente y gris labor de acrecentar y profundizar los temas comprometidos y anunciados. En caso contrario, las expectativas se diluirán, como tantas veces ha sucedido en la Argentina política, en una mera enunciación de buenos propósitos.
Con esta advertencia, respecto de la "Declaración de Rosario" corresponde destacar la precisión lograda en cuanto a los temas puntuales que, según los organizadores, interesan a cada una de las tres provincias. Para Córdoba, el de la industria automotriz, jaqueada por emprendimientos que eligen radicarse en otros lugares, por ejemplo Brasil; para Buenos Aires, el de la ganadería, sacudido por las dificultades del mercado externo y por el papelón internacional del increíble rebrote de la aftosa; finalmente, para Santa Fe, el de la industria láctea, siempre bajo amenaza merced a la descarnada política que aplica el socio mayor de la Argentina en el Mercosur.
El acuerdo firmado por Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota y Carlos Alberto Reutemann también refirió a la necesidad de coordinar políticas impositivas, reclamar al gobierno nacional medidas concretas que reactiven la demanda interna, crear un seguro multirriesgo agrícola que reemplace a la tradicional legislación de emergencia agropecuaria y poner en marcha mecanismos que aseguren la viabilidad de algunos sectores productivos. Para el caso de Santa Fe, el textil e indumentaria, cuero y calzado, muebles, carroceros, bicicletas y componentes, y productos frutihortícolas, porcinos y chacinados.
Si esta "Declaración de Rosario" logra trascender el vacuo gesto mediático, no caben dudas de que habrá que coincidir en que se ha dado un paso adelante importante y altamente positivo. Si no resulta así, el universo político de la Argentina estará en presencia nada más que de una nueva manifestación de deseos, de escasa o nula significación, excepto incomodar a algún sector de la interna justicialista. Ojalá que la realidad se enmarque en el primer concepto.


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