Hoy será un día de excepción para el tenis argentino y en particular para la Copa AT&T, ya que entrará en acción la máxima atracción del certamen, el brasileño Gustavo Kuerten, campeón mundial de la temporada 2000, que jugará con el australiano Richard Fromberg. La lógica indica que el encuentro será un mero trámite para Guga, que ha despertado toda muestra de simpatías por parte del público argentino. Los organizadores esperan que a las 21, cuando el apodado Guga salga a la cancha, el Buenos Aires Lawn Tennis Club esté prácticamente colmado, ya que hasta el momento se han vendido anticipadamente más de cuatro mil entradas. De hecho, ayer, cuando el termómetro castigaba con los 34 grados de sensación térmica, una cola de más de cien personas buscaba su ticket para el partido de hoy. Su rival será el australiano Richard Fromberg y, para el público que vaya a disfrutar del tenis de Kuerten, el adversario será lo de menos. De más está decir que el brasileño, primera cabeza de serie y desplazado recientemente de la cima absoluta del ránking mundial por el ahora número uno, el ruso Marat Safin, es el favorito para ganar en su estreno, más allá que el historial indique que el australiano ganó en el único choque entre ambos allá por 1997 y para alzarse con el cetro. Kuerten se mueve por las instalaciones del Buenos Aires con gran comodidad -alguien de seguridad se mueve cerca de él-, pero cada vez que se asoma, chicos y también grandes le pegan un grito desde lejos en busca de autógrafos. Sin dudas que se ha ganado la simpatía de los argentinos, y su figura carismática atrae a todos por igual. Las mismas virtudes que lo han transformado en todo un símbolo en su patria. Kuerten ha quedado desplazado en este comienzo del 2001 al segundo puesto en el ránking mundial, pero sus condiciones seguramente le permitirán pelear por el primer lugar. El brasileño no parece haber tocado el cielo con las manos como lo hizo en el Masters de Lisboa, cuando en un fin de semana bajó a Marat Safin, Pete Sampras y Andre Agassi, con un tenis brillante para consagrarse como el mejor del 2000. El mismo tenis brillante que al menos cinco mil personas esperarán ver hoy en el Buenos AIres Lawn Tennis Club. Seguramente el brasileño les sabrá retribuir con un triunfo todo ese cariño.
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