Ganar o ganar era la consigna. Por Tablada nadie pensaba en otra cosa que no fuera la victoria. Es que en un torneo como este, donde los descensos son nada menos que siete, los tres puntos que otorga un triunfo se convierten automáticamente en seis, ante un rival directo en la lucha por la permanencia. Por todo esto, lo único que cabía frente a Estudiantes era ganar. Y se ganó.
Quizás a la hora del análisis poco importa si Forgués planeó el partido como correspondía o si Estudiantes se acercó poco por el arco de Cancelarich. Lo más importante para los hinchas de Central Córdoba es que su equipo volvió a la senda de la victoria y mantiene sus esperanzas de seguir en el torneo más importante del ascenso, aunque todavía el camino a recorrer es largo y seguramente no será nada sencillo alcanzar el objetivo propuesto.
Córdoba salió con la clara intención de quebrar la resistencia de Labarre. Desde el vamos, Maximiliano Santa Cruz comenzó con sus escaladas por la banda derecha y las marcas escalonadas de González y Busto no fueron suficientes para contener las proyecciones del Pato.
Apenas se habían cumplido siete minutos y la tarea comenzó a dar sus frutos. Fórmica le puso la cabeza a un centro del Pato: 1-0 y delirio en los hinchas que coparon el Gabino Sosa.
La apertura del marcador fue fundamental para el desarrollo del encuentro. Con la tranquilidad que le otorgaba la ventaja, los dirigidos por el Bocha Forgués manejaron los hilos del partido hasta convertirse en protagonistas excluyentes.
Como los de Caseros no daban señales de recuperación, Córdoba hizo lo justo y no dejó pasar su chance para volver a golpear, justo cuando se estaba por ir el primer tiempo: centro de Fórmica desde la izquierda y Jeandet que con la punta del botín dejó sin chances a Labarre. 2-0 y película concluida.
Sobró un tiempo
Aunque todavía faltaban cuarenta y cinco minutos, el segundo tanto del equipo de Tablada fue demasiado para un Estudiantes que careció de la capacidad necesaria para intentar dar vuelta la historia. Así, el último capítulo estuvo demás, porque el final de la historia ya se sabía de antemano.
Córdoba consiguió lo que buscaba, sumó puntos vitales en la lucha por la permanencia y ahora trabajará más tranquilo durante la semana, pensado en El Porvenir, el próximo escollo en su lucha por la permanencia.
La Ciudad
