| | Fin a la huelga de hambre en la Unidad III
| Los internos de la Unidad Penitenciaria III, de Riccheri y Zeballos, levantaron ayer la huelga de hambre que habían iniciado el 6 de febrero reclamando la reconsideración de las conmutaciones de penas otorgadas por el gobierno a fines del año pasado y en adhesión a la medida que llevan adelante los detenidos federales en las cárceles de todo el país. El anuncio lo formuló el director del Servicio Penitenciario de Santa Fe (SP), Arturo Gandolla. El funcionario sostuvo que el principal reclamo de los reclusos (la revisión de las sentencias) "no formó parte de la negociación. Los presos comprendieron que la medida era inconducente", afirmó. En cambio, el director del SP aceptó que analizó con los internos cuestiones vinculadas con sus condiciones de alojamiento y citó algunos casos puntuales. Los detenidos solicitaron una mayor cantidad de trabajadores sociales a raíz de que algunas profesionales "se retiraron". "Ya llamamos a concurso y vamos a cubrir las vacantes", dijo Gandolla. Los internos también se quejaron por la mala atención que reciben los presos afectados por HIV. "En realidad hay un solo inmunólogo para atenderlos, pero ellos pidieron que se realizara un mayor seguimiento para poder derivarlos a los hospitales", explicó Gandolla. Los presos también plantearon la demora en la tramitación de sus procesos judiciales por parte del juzgado de Ejecución Penal. "Voy a hablar con el juez (Efraín Lurá) para que deriven las causas a otros juzgados", indicó el funcionario. También Gandolla y los detenidos acordaron el aumento de las horas destinadas a la práctica de actividades deportivas. "Nos pusimos de acuerdo para aumentar a tres horas por semana ese horario" dijo. Por otra parte, indicó que unos 220 internos de la cárcel de Coronda continúan con la huelga de hambre iniciada el 3 de febrero en reclamo de conmutaciones de penas y el aceleramiento de sus causas judiciales.
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