Año CXXXIV
 Nº 49.028
Rosario,
miércoles  14 de
febrero de 2001
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Por primera vez la defensa del general Pinochet intenta probar que es inocente
En los casi tres años de proceso los abogados del militar retirado siempre invocaron razones humanitarias

Santiago. - La defensa de Augusto Pinochet apeló ayer ante la sala de verano de la Corte de Apelaciones para que deje en libertad y revoque el juicio contra el ex dictador por 75 homicidios de opositores, que desde hace dos semanas lo mantiene con arresto domiciliario. Por primera vez la defensa del militar retirado dejó de lado las razones humanitarias basadas en la mala salud de su cliente para intentar en cambio probar la inocencia del ex gobernante en las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el régimen militar que comandó. Los acusadores tratarán de aumentar los cargos en su contra.
Pablo Rodríguez, jefe del equipo jurídico de Pinochet, alegó que el enjuiciamiento de su cliente es "arbitrario, ilegal y anticonstitucional. No existen presunciones de participación del general Pinochet en estos delitos. He analizado 10 hechos que le atribuyen participación, pero ninguno de ellos conduce lógica y naturalmente a la conclusión de que ha tenido participación como autor en estos delitos", afirmó Rodríguez después de su alegato.
Desde que comenzó el proceso judicial en contra del general retirado Augusto Pinochet, hace tres años, es la primera vez que su defensa hace hincapié en la inocencia del octogenario militar. Lo abogados del general retirado también pidieron, en esta ocasión, que Pinochet sea sobreseído del juicio porque sus enfermedades y su demencia subcortical moderada le impiden acceder a un debido proceso judicial.

La defensa "miente"
En tanto, el abogado querellante Eduardo Contreras acusó a Rodríguez de mentir a la corte porque "dijo que el informe médico habría sostenido en forma categórica, que Pinochet no estaba en condiciones de prestar declaraciones en un juicio. Eso es mentira", afirmó el letrado Contreras.
Un grupo de mujeres "pinochetistas", que esperó pacientemente el fin de la sesión, agredió con empujones a los guardias que vigilan los tribunales, mientras lanzaban gritos a favor de su líder.
Antes de fallar, los tres jueces de la sala deben escuchar a los siete abogados querellantes y al representante del Consejo de Defensa del Estado, por lo que es probable que la vista se prolongue, por lo menos, hasta mañana.
Pinochet fue procesado el 29 de enero por el juez especial Juan Guzmán Tapia quien dictaminó que hay "presunciones fundadas" de que el ex jefe de Estado fue autor-inductor de 57 homicidios y 18 secuestros, en 1973, cometidos por la Caravana de la Muerte. La Caravana la formaron seis oficiales enviados por Pinochet a provincias para agilizar juicios a opositores. Todos están procesados.
A esta prolongada batalla los querellantes se presentarán con una nueva arma: un párrafo manuscrito de Pinochet en el que propone responder que el preso Eugenio Ruíz-Tagle no sufrió torturas en 1973 y que fue ejecutado por "los graves cargos" que había en su contra. Los acusadores dicen que el documento demuestra que Pinochet supo de los crímenes y que no ordenó investigarlos ni menos los sancionó.

Esperando marzo
El fallo del tribunal de alzada no es apelable, pero si el ex dictador pierde, podrá intentar algún otro recurso en marzo, cuando su caso sea visto por una sala ordinaria, cuyos miembros serían más favorables para su causa. Entre las salidas previstas para este caso, y la más favorable para Pinochet, es que los jueces acojan la apelación y cierren para siempre el proceso entablado por el juez Guzmán.
Un fallo salomónico en este caso sería que confirmen el proceso, pero simultáneamente sobresean al general en retiro por razones de salud. También se podría rechazar la apelación. En el primer caso, Pinochet quedaría libre y como inocente; en el segundo, también quedaría libre, pero con su imagen manchada al no poder demostrar su supuesta inocencia.
El ex jefe del ejército chileno ya cumplió dos semanas de arresto domiciliario en su finca veraniega de Los Boldos, 140 kilómetros al noroeste de Santiago, donde se siente abatido y acosado por el juicio, según su más cercanos. El desaforado senador fue visto públicamente por última vez el domingo último, cuando acudió a la tradicional misa en una capilla en el interior de su finca. A diferencia del domingo anterior, el veterano general llegó caminando hasta el templo y saludó a sus conocidos mostrando un mejor ánimo.



Un grupo de pinochetistas enfrentó a la policía de la Corte.
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