Surgido de una mezcla de rito pagano y creencia religiosa, el Día de los Enamorados se festeja hoy en muchos países, mientras que todavía no termina de arraigarse en la Argentina, donde todavía el Día de los Novios (20 de septiembre) mantiene su primacía. Sin embargo, ya es una buena fecha para los floristas, que ven incrementadas sus ventas en más de un 50 por ciento, pero no demasiado para comenzar una nueva vida -el tiempo dirá si mejor o peor- ya que la cantidad de casamientos programados no difiere a la de cualquier día.
Mala fecha para la industria chocolatera argentina ya que las altas temperaturas en el hemisferio sur no invitan a comer bombones, y tampoco los jugueteros logran aprovechar la ocasión ya que ni siquiera se vislumbra un aumento en la compra de peluches, esa solución facilista de todo novio.
Quizás como el único acto no comercial que se registre en esta fecha, hoy tienen turno para pasar por el Registro Civil porteño unas 58 parejas, un número habitual para febrero y que para el director del organismo, Félix Pelliza, marca que "es evidente que el Día de los Enamorados no es una tradición arraigada en nuestra sociedad".
La Cooperativa Argentina de Floricultores indicó en cambio que "si bien febrero es baja temporada para las flores, repunta en San Valentín, cuando las ventas se incrementan un 50 por ciento, con relación a cualquier día del mes". Es que desde hace unos cinco años los floricultores promocionan San Valentín con cartelitos recordatorios en cada florería, y "cada año suben las ventas para esta fecha; en esta oportunidad vienen muy bien", ponderaron las fuentes.
Flores tradicionales como el clavel, el gladiolo y el crisantemo están fuera de moda y los enamorados prefieren un clásico como la rosa, destacaron los floricultores. Pero además se inclinan "por el lisianthus, el lilium y la gerbera, todas flores muy coloridas", y paradójicamente también eligen las calas -una habitué en los cementerios- "pero no blancas sino de colores".
Demasiado calor para bombones
El otro clásico de los enamorados, la caja con forma de corazón repleta de bombones que se suele ver en las películas norteamericanas, encuentra un escollo climático importante en Argentina por las altas temperaturas. El gerente de gestión de la Asociación Distribuidora de Golosinas y Afines (Adgia), Ricardo Lorenzo, señaló que "lamentablemente el Día de San Valentín coincide con la temporada baja de golosinas. Los productos más apropiados para regalar a enamorados son los bombones y los chocolates en general, pero estos se venden más en época invernal".\Ni siquiera los peluches tienen éxito, ya que "no es algo que se destaque en las jugueterías y casas de regalos", contó el gerente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (Caij), José Antonio Castro, y tampoco hay más demanda para tener un encuentro romántico en un albergue transitorio "porque es temporada veraniega y hay menos gente en Buenos Aires y entonces decrece la actividad comercial", afirmaron fuentes de la Cámara de Propietarios de Alojamientos (Capral). A diferencia de lo que ocurre con el chocolate, "el clima para el amor es apto en todo el año pero los protagonistas están en otro lado", concluyeron las fuentes de Capral.