Año CXXXIV
 Nº 49.028
Rosario,
miércoles  14 de
febrero de 2001
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Personalidad y respuesta inmune

Científicos de la Universidad de Pittsburgh, en Pensilvania, Estados Unidos, realizaron un estudio para averiguar cómo ciertos rasgos de personalidad influyen en la respuesta del sistema inmune frente a las enfermedades.
Anna Marsland, que participó en el estudio publicado en la revista Health Psychology, explica que el objetivo de su investigación, más que medir el estado de ánimo de las personas al momento de ser atacadas por enfermedades, era "explorar el papel que cumplen los rasgos de personalidad y las predisposiciones".

Humor versus defensas
El equipo médico reclutó a 84 participantes y antes de aplicarles un virus se les encuestó con el objetivo de medir un rasgo de personalidad que fue denominado como "afecto negativo" o neurosis. Luego se les aplicó una vacuna con una pequeña cantidad del agente infeccioso causante de la hepatitis B.
A continuación se observó cómo el sistema inmune de los diferentes sujetos reaccionaba ante la amenaza. Las conclusiones fueron claras: los pacientes que obtuvieron altos puntajes en la prueba de neurosis son aquellos que presentaron respuestas más bajas de sus sistemas inmunes ante la vacuna de hepatitis.
Según explica Marsland, las características de la personalidad enfermiza que se buscó en este estudio eran nerviosismo, tristeza, tensión, infelicidad, melancolía, preocupación, angustia, ansiedad y molestia. De acuerdo con la especialista, "es posible que los individuos con alta cantidad de rasgos de afecto negativo sean más propensos al estrés".
Estos resultados se suman al alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que reportó recientemente la problemática que significa la rapidez con que se presentan los cambios en la vida moderna y el estrés al que están sometidos los sujetos. Tanto es así que cuando finalice el primer cuarto del nuevo siglo la depresión saltará de su actual quinto lugar mundial al segundo como causante de discapacidad.

Conexión
Un progreso aterrador y muy relacionado con los descubrimientos del equipo de la Universidad de Pittsburgh, ya que la neurosis está clasificada como un desorden de la ansiedad, es decir, como una reacción exagerada o inapropiada ante las presiones propias del entorno que, a menudo, se presenta como síntoma de la depresión.
Sin embargo, recalca la especialista, en el estudio realizado sólo se buscó establecer la conexión entre unos rasgos específicos de personalidad y las funciones inmunes del cuerpo. Agrega que existen más evidencias al respecto; indica, por ejemplo, que "los individuos con altos índices de afecto negativo son más propensos a resfriarse cuando son expuestos al virus".
Esta tendencia a relacionar la respuesta del sistema inmune con la perspectiva de cómo las personas enfrentan su vida se ha ido fortaleciendo con estos descubrimientos. De hecho, concluye la psicóloga, "muchos médicos ya incluyen psicólogos en sus equipos de tratamiento y toman en cuenta las conexiones entre factores psicológicos y la enfermedad física".


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