Oscar Lehrer
Hay aires de renovación, al menos eso es lo que parece, en cuanto a la fecha de realización de los campeonatos superiores, en el ámbito de la Asociación Rosarina de Básquetbol.
Como primera intención, y atento al pedido de dirigentes de distintos clubes, el consejo directivo de la Rosarina dispuso en principio por decisión de los presidentes y/o delegados de sus afiliadas reunidos en asamblea, que la temporada oficial en nuestro medio se inicie en la última semana del próximo mes de agosto, ya que dejando de lado los meses de intenso frío, eso permitiría una mayor afluencia de público a las distintas canchas. Este sistema es una copia del que implementa la Liga Nacional
Si bien el parate hasta esa fecha es muy largo (hay que tener en cuenta que esta sería una temporada de transición), la inactividad en principio no sería tal ya que durante ese lapso (de marzo en adelante), la idea es ocupar ese espacio realizando las tradicionales copas y un torneo que se denominará 75º Aniversario (los años que cumple la asociación local) donde participarán los distintos clubes afiliados, pero del que todavía se desconoce la forma en la que se desarrollará.
Hasta aquí todo muy bien. Pero los dirigentes, antes de producir los cambios pretendidos, no tuvieron en cuenta la opinión de los distintos estamentos (jugadores, técnicos, árbitros) que integran al desarrollo de esta actividad deportiva.
Por supuesto que no todo se va a solucionar jugando durante los meses cálidos. A esto habrá que sumarle otras agregados, que sin dudas serán importantes.
Tendrán que aparecer las superficies de madera en los distintos escenarios; mejorar la iluminación de las distintas canchas; brindarle más seguridad a los protagonistas (jugadores y árbitros); otorgarle mayor comodidad a los aficionados.
Llegó el tiempo de las modificaciones. El básquetbol de la ciudad espera un cambio drástico para mejorar en todos los órdenes. Y es el momento de ponerlo en funcionamiento.
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La Ciudad
