Los detectives analizan el material de inteligencia y el inusual armamento hallados en la vivienda y oficinas del financista asesinado, Mariano Losanovscky Perel, y la misteriosa desaparición de elementos de la escena del crimen, porque creen que ahí podría estar la clave del móvil del asesinato del ejecutivo a quien se le endilga haber sido "un vendedor de influencias". Fuentes cercanas al Ejecutivo nacional admitieron ayer que el financista era "un vendedor de influencias y de información" para los servicios de inteligencia, aunque aclararon que "es casi imposible saber para quién" y dijeron que su crimen estuvo relacionado "a dinero que nunca llegó a destino".
Las mismas fuentes explicaron que los asesinatos de Perel y el de su esposa pudieron estar relacionados "a una coima que debía entregar y que se guardó, a que arruinó algún negocio pesado o a que se quedó con algo que no debía".
El par de equipos satelitales secuestrados ayer de la oficina personal que Perel había alquilado en pleno centro porteño, y la cantidad de armas, municiones y teléfonos celulares hallados en las oficinas de la víctima en Antfactory y en su propia casa, acercan cada vez más a los investigadores a la hipótesis que vincula al ejecutivo con el tráfico de información a nivel internacional.
Además, fuentes muy vinculadas al caso dijeron que en las oficinas de Antfactory Latin América y en la casa del matrimonio Perel en Palermo había un arsenal y una inusual cantidad de celulares y aparatos electrónicos, además de tarjetas, agendas y datos de relevancia para la pesquisa.
Fuentes que conocen bien el mundillo de los agentes de inteligencia confirmaron ayer que Perel tuvo contactos cercanos con "pesos pesados" de la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side) y que su vínculo con los espías fue el coronel retirado Carlos Doglioli, con quien trabajó entre 1988 y 1996 en "una pequeña empresa de seguridad privada", según contó el propio Doglioli.
Losanovsky Perel fue asesinado junto a su esposa Rosa en la madrugada del domingo pasado, mientras dormía en una cabaña del complejo de apart hotel Hamlet de la ciudad balnearia de Cariló. Tanto el hombre, de 56 años, como su mujer recibieron un balazo en la nuca cada uno.
Ayer, la fiscal del caso, María Claudia Castro, tomó una de las primeras medidas para localizar al autor material de los homicidios cuando ordenó secuestrar todas las filmaciones registradas en los peajes de las rutas que unen a la Capital Federal con Cariló.
La fiscal quiere saber además cuál fue el destino de los elementos que el hijo de Perel denunció como desaparecidos de la escena del crimen, entre ellos un reloj "muy valioso" y una cadena similar a la que utiliza el personal del Ejército norteamericano.
Fuentes ligadas a la causa dijeron que la declaración que prestó ayer el secretario privado del financista fue "muy importante" para la investigación.
Una persona muy conocida
"Entre la década del 70 y antes de la llegada de la democracia, Perel tuvo una empresa de imagen y se convirtió en una persona muy conocida en el ambiente", dijeron las fuentes consultadas.
La actual labor del financista como presunto "vendedor de información" tendrían vinculación directa con sus frecuentes viajes a Estados Unidos.
Respecto a los motivos del crimen, fuentes gubernamentales dijeron que la hipótesis puede tener relación con coimas.
"Eso no está claro, podría ser una coima que debía entregar y se guardó, o que arruinó algún negocio pesado, o que se quedó con parte de dinero que no le correspondía", dijo una fuente consultada.