Talleres, que hizo muy poco por llevarse los tres puntos, le propinó anoche el primer cachetazo a Racing Club al vencerlo como visitante, en Avellaneda, por 1-0, en el partido que marcó el inicio del Clausura 2001. El único gol del cotejo lo marcó Daniel Albornós a los 36' del segundo tiempo. A los 11 minutos, Luciano Castillo se escapó por la derecha y le envió un centro a Diego Milito, quien solo dentro del área, no supo capitalizarlo y Ramón Galarza evitó sobre la línea la caída de su arco. Pero fue sólo eso: una ilusión, ya que de ahí hasta el final de la etapa inicial el equipo dirigido por Mostaza Merlo, volvió a mostrar el mismo juego chato y sin ideas que lo llevó a terminar en la última posición del Apertura pasado. Sin un conductor -José Manuel Chatruc no repitió lo hecho en algunos tramos de los encuentros del verano-, sin volantes que metan presión (flojo trabajo de Javier Lux y Gustavo Arce) y con serias fallas en el fondo, Racing nunca pudo sentirse local ante un Talleres que no mostró nada de otro mundo. Es que los dirigidos por Juan José López se dedicaron a hacer circular la pelota en el mediocampo (de esa forma evitaron que Racing llegue hasta Cuenca), pero no tuvieron ideas para llevar peligro hasta el arco de Gastón Sessa. En el tramo final del primer tiempo, el conjunto cordobés creó algo de peligro en el área contraria: a los 36', Cristián Pino desperdició un mano a mano ante Sessa y, a los 45' Racing jugaba con diez por la expulsión de Green, Diego Garay no supo definir un centro que lo dejó en inmejorable posición para poner el 1-0. En el complemento Talleres se adelantó un par de metros, pero siguió en la misma línea del inicio del partido. Sin embargo, otra escapada de Pino (como en el primer tiempo) encontró una respuesta a medias de Sessa, quien dio rebote y Albornós, a los 36', le pegó suave para marcar el 1-0. El injusto gol con el que el equipo cordobés se llevó los tres puntos. Es que Talleres ganó sin querer ganar y Racing -tuvo el empate en los pies de Carlos Arano, pero Cuenca respondió de manera fenomenal- perdió por querer empatar. El final del partido mostró al equipo local envuelto en un ola de silbidos, una postal similar a la del año pasado.
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