| | Denuncian que un hombre fue asesinado sin haberse enfrentado con la policía Son los familiares de Rubén Ortega, uno de los dos muertos tras el ataque a colectivos en la Circunvalación
| "A mi hijo lo mataron. Era un trabajador que no tenía armas y no se enfrentó con la policía". Las palabras de Blanca Ortega se mezclan con el llanto pocas horas después de haber sepultado a su hijo mayor quien murió la madrugada del domingo en un presunto enfrentamiento con agentes del Comando Radioeléctrico. Aquella noche, un grupo de personas apedreó a tres colectivos de la empresa La Veloz del Norte que cubrían el trayecto entre Buenos Aires y Salta. Al pasar por avenida de Circunvalación y Uriburu, el parabrisas de uno de los micros y las ventanillas de otro estallaron en pedazos por el impacto de piedras tiradas desde un puente. Tras recibir la denuncia, efectivos del Comando llegaron al lugar y advirtieron la presencia de los presuntos agresores que, según la información policial, los recibieron a los tiros. Como consecuencia de un primer enfrentamiento resultó herido el cabo Luis Nosrala. Entonces se produjo una persecución que concluyó en la villa miseria de Uriburu y Avellaneda. Allí, en un segundo cruce de disparos, murieron Rubén Vicente Ortega, de 37 años, y Esteban Vicente Cabral, de 32, a quien la policía involucró en el ataque a los colectivos. Sin embargo, los familiares de Ortega desmintieron esa versión y afirmaron que a Rubén "lo asesinaron". La mamá del hombre muerto recibió a La Capital en su precaria vivienda de pasaje B y Arabes Unidos (bulevar Oroño al 4000) y contó que su hijo "trabaja como repartidor ambulantes de helados, no tenía más que un antecedente policial de cuando era menor, no tenía armas y con lo poco que ganaba se estaba construyendo una piecita de bloques en la villa de Uriburu y Avellaneda". Según la familia de Ortega, de acuerdo a lo que le comentaron vecinos de Rubén, el hombre "había estado toda la tarde del domingo haciendo unos bloques para levantarse la piecita y a la noche llegó un amigo (Cabral) con el que cenaron y después se fueron a dormir. Después, a la madrugada, llegaron los policías, tiraron la puerta abajo, revolvieron toda la pieza y lo mataron al otro muchacho. Mi hijo gritaba que no tiraran, que no habían hecho nada y entonces lo sacaron a empujones con vida". Los testigos no supieron decirle a Blanca que pasó después. "Dicen que a mi hijo no lo mataron en la casa, que se lo llevaron vivo y lo mataron en otro lugar pero después lo volvieron a tirar en la pieza para que lo viera el juez". A partir de que se enteró de la suerte corrida por Rubén, Blanca y su familia empezaron un peregrinar de dos días por la comisaría 18ª y la Jefatura para saber donde estaba su hijo. "Primero me dijeron que estaba detenido, después que en la seccional no estaba, que lo habían herido, que estaba en el Heca y apareció muerto en el Instituto Médico Legal adonde entró después de las 9 de la mañana". "Recién me dieron el cuerpo hoy a la mañana y ya no lo pude velar, lo tuve que meter bajo tierra como si fuera un perro" dijo Blanca para concluir prometiendo que "esto no va a quedar así, yo quiero saber cómo mataron a mi hijo, por qué lo mataron, porque aquí la policía está tapando algo".
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