José Calero
Las expectativas de los consumidores rosarinos pegaron un salto récord en enero último, pero la situación presente sigue siendo mala. Así surge del último relevamiento elaborado por la Fundación Mercado para todo el país, que tiene un capítulo para Rosario. El comportamiento de los consumidores rosarinos está en sintonía con lo que reflejan los índices a nivel nacional: mejores perspectivas a futuro en el marco de una situación actual que no permite tirar manteca al techo, por lo cual se siguen postergando las necesidades de consumo. En Rosario, si se efectúa la comparación entre diciembre de 2000 y enero de 2001 la confianza del consumidor subió de 15,4 a 28,7% y la del ahorrista de 15,8 a 27%. En el caso de las familias, el indicador trepó de 15,4% a 28,5. Según el relevamiento local, sólo un 11% de las familias incluidas en el sondeo dijo que no se encuentra en condiciones de ahorrar, lo cual significa uno de los niveles más bajo de los dos últimos años. Otro dato que marca los temores de los consumidores es que apenas el 7,7% de los consultados respondió tener planes de compra de bienes durables (electrodomésticos o artículos de computación). Pero la confianza de las familias experimentó una fuerte alza en el último mes. En enero alcanzó un 28,5%, trece puntos más que en diciembre de 2000. Así, la confianza de las familias rosarinas llegó a los niveles de febrero del año pasado, cuando comenzó a notarse el impacto del aumento de impuestos en la clase media y los empleados estatales de ingresos medios y altos padecieron un duro recorte de salarios, que aún se mantienen. Aquellos habían sido interpretados como los primeros signos de desilusión con el gobierno de De la Rúa. "Enero mostró una fuerte suba de los índices basado totalmente en expectativas", explicó a La Capital Oscar Liberman, director de la Fundación Mercado. Y añadió: "Si bien se observa que las expectativas sobre ingresos, situación o empleo son altas, hay que advertir que la situación actual para esas variables es muy baja". El 11,4 por ciento de las familias rosarinas contestó en forma afirmativa cuando se les preguntó si podían ahorrar. A la hora de consultar sobre el motivo del ahorro, el 56 por ciento dijo que lo hacía para contingencias. Esto quiere decir que aún existe gran preocupación de los rosarinos sobre los imprevistos que puedan ocurrir, como la pérdida del empleo o la reducción de sus ingresos. No obstante, las expectativas de empleo pegaron un fuerte salto, al pasar del 31,2% en diciembre último al 55,1 en enero de 2001. Lo mismo ocurrió con el ingreso, que subió de 14,9% a 34,1, y con el ahorro, de 17,6% a 34,2. Cuando se le consultó a los rosarinos sobre sus planes de compra de bienes durable, las respuestas afirmativas fueron muy escasas: sólo el 7,7% piensa comprar algún electrodomésticos o artículos de computación. Del reducido total de respuestas favorables, el 21,7% dijo que planea comprar algún artículo para el hogar y otro 17,4 computadora.
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