El gobierno argentino endureció su posición frente a Cuba y envió a su presidente Fidel Castro una nota formal de protesta por los "agravios vertidos" en sus recientes declaraciones. La nota fue entregada en la mañana de ayer al embajador de Cuba, Alejandro González Galiano, por el Director de América Central, Caribe y México del Ministerio de Relaciones Exteriores argentino, Arturo Bothamley, cumpliendo instrucciones de las autoridades de la Cancillería.
El presidente cubano acusó al gobierno de Fernando de la Rúa de seguir la misma política que Estados Unidos con respecto a la isla -en alusión al posible voto contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas- y consideró que si repite su postura mostrará que "lame la bota yanqui".
Además, en un discurso ante un foro latinoamericano de economistas, Castro describió al gobierno argentino como desesperado por conseguir ayuda económica del FMI y de Estados Unidos.
El texto que fue entregado al embajador cubano "trasunta el desagrado por los agravios vertidos por el presidente Castro, ampliamente difundidos por la prensa argentina, cubana e internacional", según indicó un comunicado de la Cancillería.
La medida se suma a la convocatoria al embajador argentino en Cuba, Oscar Torres Avalos, para analizar la situación y a la suspensión de una misión comercial que estaba próxima a partir a Cuba.
Desde Washington, el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini dijo que "las relaciones bilaterales con Cuba se están analizando en base a la información que se encuentra completando el embajador en ese país".
El responsable de las relaciones internacionales del país, que se encuentra en la segunda etapa de su visita a Estados Unidos, afirmó además que "apenas retorne a Buenos Aires" recibirá al embajador Torres Avalos "para conocer su informe".
Al igual que en abril del año pasado, cuando en Ginebra el voto argentino de condena a Cuba generó una polémica en el seno del gabinete, por estas horas ya empezaron a oirse las primeras voces que se oponen a una decisión similar, como las del Partido Comunista -que realizó ayer un acto de protesta ante la sede de la Cancillería- y la Juventud Socialista Democrática.
Mientras, De la Rúa intentó nuevamente ayer mantenerse alejado públicamente de la polémica. El vocero presidencial, Ricardo Ostuni, indicó que el jefe del Estado "no tiene previsto reunirse" con Torres Avalos, porque el análisis de la situación "sigue estrictamente en el ámbito de la Cancillería", dijo.
Las afirmaciones de Fidel llegaron justo cuando el ex presidente Raúl Alfonsín y el jefe del Frepaso, Carlos Chacho Alvarez, intentaban persuadir a De la Rúa para que el gobierno cambie su voto de condena a Cuba en la ONU por la forma en que se manejan los derechos humanos en la isla.
Sin embargo, en línea con la actitud del presidente de no intervenir por ahora personalmente en el entredicho diplomático, Alfonsín también prefirió mantenerse a distancia de la discusión al igual que Alvarez, al menos en forma pública.
"Posición vergonzosa"
Por su parte, el diario oficial del gobierno cubano, Granma, intentó relativizar las declaraciones de Castro y publicó los dichos del líder comunista, donde destacó que "la posición vergonzosa adoptada el año pasado tuvo mucha oposición en Argentina".
"Bajo esa política neoliberal, no es posible ni siquiera para un gobierno sostener la vergüenza y el pundonor", transcribió Granma, para añadir que Castro afirmó que el gobierno argentino "ahora necesita casi 40.000 millones más. Eso es lamer la bota de los yanquis. ¿Para qué? ¡Adelanten, por favor, los 39.500 millones, que no hay quien aguante con el 30 por ciento de los argentinos que desean emigrar y con un desempleo enorme!".