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Aunque tardíamente, la Justicia avanza

El reciente fallo de la justicia chilena procesando al ex dictador Augusto Pinochet como coautor, cómplice e inductor de 18 secuestros y 57 homicidios de la llamada "Caravana de la muerte", constituye un hecho histórico. Es un acto de justicia trascendental que excede la geografía del hermano país y beneficia a la humanidad toda. Lo que hasta ayer parecía algo imposible, se ha producido, y el anciano asesino ha quedado por fin sentado en el banquillo de los acusados. El procesamiento de Pinochet, si bien es el inicio del juicio en su contra, aún con prisión preventiva domiciliaria, constituye un ponderable avance de la Justicia habida cuenta de las circunstancias vividas dentro y fuera del hermano país. Aunque tardíamente, la Justicia avanza con firmeza. Y eso es lo importante. El viejo y decrépito ex dictador apela hoy a una "demencia leve y moderada" -en la que nadie cree- para esquivar el juicio por sus tropelías. "El brazo del universo moral es largo", decía Martin Luther King, "pero se dobla hacia la justicia". Y eso es lo ocurrido en Chile gracias a la memoria, centinela del espíritu, y a la permanente lucha de miles de hombres y mujeres cuyo ejemplo hay que tener presente e imitar.
Roberto J. Torres