Bogotá. - El presidente Andrés Pastrana, se declaró optimista por el futuro del diálogo de paz con las Farc, de cara a la reunión que el próximo jueves mantendrá con el jefe de esa guerrilla, Manuel Marulanda, en la que intentará reactivar el proceso de pacificación. "Soy optimista. Creo que el proceso de paz puede avanzar y vamos a avanzar", expresó Pastrana. La sorpresiva visita que realizó Pastrana a un enclave rebelde del sudoeste del país sin medidas de seguridad, fue interpretada ayer como un "acto de soberanía" por militares y funcionarios de su gobierno. Pastrana, quien ha hecho de la paz su principal gestión de gobierno desde que asumió en 1998, visitó el sábado tres pueblos ubicados en medio de una zona de 42.000 kilómetros cuadrados cuyo control les cedió a la principal fuerza guerrillera para facilitar el inicio de una negociación. "Hemos querido hacer ver que, en estos municipios, el gobierno actúa y que, como en otras regiones, ejerce autoridad", expresó el ministro del Interior Humberto de la Calle. El viaje de Pastrana se produjo después de que aceptó reunirse el próximo jueves con el máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Manuel Marulanda, alias Tirofijo, en un intento por revivir las conversaciones de paz. "Es una clara muestra de gobernabilidad del presidente y una demostración de que el gobierno no tiene zonas vedadas", expresó ayer el comandante de la quinta división del ejército con sede en Bogotá, general Freddy Padilla de León. La Uribe, el primer pueblo que visitó Pastrana en su sorpresiva visita, fue considerado por años como un "santuario" de las Farc en el que por décadas funcionó su cuartel general de operaciones hasta 1990 cuando el ejército desalojó a los rebeldes en un ataque. La visita se produjo después de una agitada semana para el proceso de paz con el que se busca poner fin al conflicto armado más prolongado del hemisferio y que ha cobrado la vida de 35.000 civiles en la última década. Pastrana desafió el miércoles a Marulanda, en un gesto calificado de "audaz" por políticos y diplomáticos, para reunirse cara a cara con él y definir el futuro del proceso de paz que avanza en medio del escepticismo y la desconfianza de la mayoría de los 40 millones de colombianos. Ese mismo día Pastrana prorrogó la vigencia del enclave rebelde por cuatro días, lo que provocó temores de que las Farc rechazaran el encuentro y se produjera una ruptura de la negociación, ignorando los llamados de la comunidad internacional para que mantuvieran el proceso de paz.
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