El ex soldado norteamericano Craig Barber volvió a Vietnam treinta años después. Había ido a la guerra cuando era joven y tomado algunas fotos que con el tiempo se entremezclaron con las imágenes de la lucha. Finalmente, treinta años después de aquella fuerte experiencia decidió volver para recorrer los mismos lugares, utilizando aquellas fotos como mapa.
De ese recorrido nació una nueva serie de fotos, que el artista yuxtapuso con las había obtenido en los 60, para conformar una serie que tituló "Fantasmas en el paisaje: Vietnam revisitado", que actualmente se exponen en el Museo Castagnino (Oroño y Pellegrini), como adhesión al Festival de la Luz.
"Más viejo, más gentil, más maduro y muchos años después de mi experiencia -cuenta Barber-, comencé mi retorno a Vietnam a principios de 1995. Mi intención era fotografiar, escribir y aprender sobre una tierra a la cual mi país y mi juventud me habían enviado muchos años antes. Bendecido por mi ignorancia a mi primer arribo a Vietnam, entristecido y aún ignorante a mi partida, regresé a casa con más preguntas que respuestas y más furioso de lo que estoy dispuesto a admitir. Por eso, esta vez, acarreando vivos recuerdos -algunos buenos, otros no mucho-, todos igualmente intensos, todos pidiendo clarificación, esperaba un mejor entendimiento".
Paralelamente, a las tomas fotográficas, Barber escribió un diario donde puso de manifiesto sus sensaciones y la extrañeza de descubrir que ciertos lugares parecían no haberse modificado. "La falta de cambios discernibles me sorprende a veces -escribió en su diario durante el viaje-. Más de una vez, mientras me paseaba por pequeñas aldeas, me sentí en patrullaje, esta vez en busca de imágenes. El peso del equipo se siente demasiado familiar y el trípode como un arma. No estoy en medio de un flashback, estoy en completo control de mis facultades pero el déjà vu corre profundo por mis venas mientras serpenteo por estrechos senderos sucios y cañaverales, licor derramado y perros que ladran, búfalos y arrozales, aldeas de pescadores y cocoteros; sería imposible no recordar esos eventos. Estos momentos son aún desconcertantes. No puedo sacudírmelos".
Contradicción
Barber reconoce que existe una gran contradicción entre las notas de viaje como la anterior y sus imágenes, pero lo explica al recordar que mientras estaba en Vietnam durante los 60 los acontecimientos del momento ocurrían en los paisajes exuberantes que tenía ante su vista. "Patrullábamos arrozales y aldeas pintorescas, aparentemente prístinas y calmas para, sólo al dar vuelta la esquina, caer en el infierno, dar vuelta otra esquina y retornar a lo prístino y sereno. La dicotomía era constante. Por eso, cuando volví mis pensamientos fluyeron así: exuberantes, tranquilos paisajes acompañados por un torrente de recuerdos que nunca se desvanecen".